BASTIEN DE FILIPPI
Entré a la casa con el café en la mano y el teléfono en la otra, revisando unos correos que no paraban de llegar desde Italia. Había tenido una reunión eterna con mis socios y lo único que quería era sentarme un rato con Kate y ver a los niños. Sobre todo a Lucien y Addy, por las cámaras ví que salieron después de que me fui con Kate y no volvieron hasta ayer, por favor, a mí me van a hacer tonto, cuando ellos van yo pavimenté el camino.
Pero al entrar noté que algo estaba raro.
Lucca estaba en la cocina. De pie. Inmóvil. Mirando por la ventana del fondo como si esperara ver caer un meteorito.
—¿Todo bien? —pregunté, dejando el café sobre la encimera.
Nada.
Ni un parpadeo.
Me acerqué. Le vi los ojos fijos en el jardín, donde Lucy estaba sentada dibujando como siempre. Pero ahora… tenía una expresión dulce. Liviana. Casi enamorada.
—Lucca… ¿estás vivo o te fuiste al plano astral?
Giró lentamente la cabeza hacia mí. Sus ojos estaban cargados de una tensión que no le v