Amaneció y Kate estaba envuelta en los brazos de Bastien, besó su pecho, y acarició su espalda acurrucándose más en sus brazos. Miró a Bastien quien sonrió.
— Buen día princesa.
— Buenos días amor.
— ¿Dormiste bien?
— Sí, aunque no mucho, tengo un semental posesivo y celoso como esposo.
— te faltó hambriento por ti.
Kate sonrió y subió sobre él, lo miraba con devoción, pasó su dedo índice por todo el contorno de su rostro y su pulgar por sus labios, Bastien besó su dedo y sonrió.
— Eres muy hermoso Bastien, a veces no entiendo como pude tener tanta suerte.
— Yo soy el que tiene suerte Kitty, eres la única mujer que he amado y te tengo en mis brazos, a pesar de que muchas veces han intentado arrebatarte de mis brazos, vuelves a mí.
— Ahora que recuerdo todo, estoy segura de que, aunque esté en el fin del mundo, allá me encontraras, eres muy inteligente, escribir una carta para Kitty fue una jugada maestra.
— Pero no se me ocurrió a mí, fue a Lucca, de cierta manera.
— Ustedes son un bu