POV: Cecilia Hernández
El aire en aquella sala parecía demasiado denso, como si de pronto hubiera perdido oxígeno. Las palabras de Liam aún flotaban en el ambiente, resonando en mi mente una y otra vez, como un eco imposible de callar.
“Ella es mi prometida.”
Yo. Prometida de Liam Azacel.
El impacto fue tan fuerte que me quedé sin reacción, atrapada en un limbo entre la incredulidad y el miedo. Mi garganta ardía, recordándome aún la fuerza de sus manos cuando horas atrás había estado a punto de matarme. Y ahora… ¿pretendía que me convirtiera en su prometida?
—¿Qué…? —alcancé a murmurar, apenas un hilo de voz que se perdió entre el silencio expectante de la sala.
Me habría gustado negar, gritar que todo era mentira, que jamás podría amar a un hombre como él. Pero antes de que pudiera articular palabra, sentí cómo su mano atrapaba la mía con fuerza. Un gesto que desde afuera podía parecer tierno, pero que yo sentí como un grillete helado que me anclaba a su voluntad.
—¿Qué pasa, Lia? —