POV: Alexander Líbano
El eco de aquella llamada aún retumbaba en mis oídos. No podía creer lo que había escuchado. Ese maldito… ese infeliz de Carttal se había atrevido a reírse de mí. Primero me arrebató lo más valioso y ahora se burlaba como si yo fuese un pobre mendigo. Me quedé quieto en medio de mi oficina, mirando el teléfono en mi mano, intentando convencerme de que todo era un malentendido, de que no podía tener el poder para hacerme tanto daño.
Pero algo dentro de mí empezó a temblar. Mis manos sudaban, la garganta se me cerraba y el corazón golpeaba con fuerza en el pecho. Caminé de un lado a otro, incapaz de quedarme quieto. La rabia me carcomía, pero detrás de ella estaba el miedo, un miedo tan grande que me atravesaba los huesos.
—No… no puede ser verdad —murmuré, apretando los dientes—. Es un farol… tiene que ser un maldito farol.
Tomé el teléfono de nuevo, marcando con dedos temblorosos.
—¡Ezequiel! —grité en cuanto escuché su voz al otro lado—. Necesito que revises aho