POV: Carttal Azacel
Esa noche entré en la habitación con la intención de abrazar a Aslin y encontrar en ella un poco de paz después de todo lo que habíamos vivido. Pero al abrir la puerta y verla sentada en la cama, supe de inmediato que algo no estaba bien. Su rostro estaba pálido, los labios temblaban apenas y en su mano sostenía el teléfono como si se tratara de una bomba a punto de estallar.
Me acerqué sin pensarlo, el corazón acelerado. Tomé su rostro con ambas manos, inclinándome para mirarla a los ojos.
—¿Qué sucede, cariño? —le pregunté, con la voz más tranquila que pude reunir, aunque por dentro sentía una tormenta.
Ella no dijo nada, solo me entregó el teléfono. Y entonces lo vi: el mensaje de Alexander.
"Disfruten su pequeña paz… mientras puedan. No tardaré en reclamar lo que es mío."
Sentí que la sangre me hervía. Ese maldito miserable no conocía límites. Había destruido demasiado, había marcado la vida de quienes más amaba y ahora se atrevía a amenazar de nuevo, como si t