Mundo ficciónIniciar sesiónEl penthouse respiraba quietud. La clase de silencio tibio que solo aparece después de un día demasiado intenso para procesarlo despiertos.
Marcus estaba sentado al borde de la cama, descalzo, con los codos sobre las rodillas y la mirada fija en las dos figuras dormidas frente a él.
Melissa, agotada por la emoción de la ecografía, tenía medio cuerpo encima del abdomen de Laila, como si quisiera proteger los dos corazones diminutos que dormían allí dentro. Su mano pequeña reposaba justo donde el doctor había pasado el transductor. Cada vez que exhalaba, murmuraba algo ininteligible, mitad sueño, mitad ternura.
Y Laila…
Laila dormía profundamente, con la respiración más tranqui







