El correo llegó a las 6:47 de la mañana.
Marcus lo vio apenas abrió el laptop, con el café aún humeante sobre la mesa y la ciudad despertando al otro lado de los ventanales.
El asunto decía simplemente:
“Re: Sobre la entrevista.”
Su pecho se tensó.
Durante un segundo, pensó en no abrirlo enseguida.
Pero la ansiedad ganó.
Hizo clic.
La pantalla se llenó con las palabras de ella.
Buenos días, señor Blackthorne.
No esperaba recibir un mensaje suyo, y confieso que me tomó por sorpresa.
He leído su correo varias veces antes de decidirme a responder. No por falta de tiempo, sino porque no sabía cómo hacerlo sin sonar grosera o demasiado personal.
Cuando nos conocimos, usted me pareció un hombre difícil de leer. No por su silencio, sino por lo que intenta esconder detrás de él. Hay personas que construyen muros para que nadie las lastime, pero también hay quienes viven detrás de esos muros tanto tiempo que se olvidan de cómo salir. Creo que usted pertenece al segundo tipo.
No lo digo con jui