Marisol, una mujer que ha pasado por una transformación asombrosa desde su juventud, se encuentra atrapada en un matrimonio desastroso. Cuando descubre la infidelidad de su esposo en el día de su aniversario, su mundo se desmorona. Desesperada por encontrar un nuevo rumbo en su vida, acepta un trabajo para Leonardo, un hombre que desconoce que es el CEO de la empresa. Lo que Marisol tampoco sabe es que Leonardo ha estado secretamente enamorado de ella desde su juventud. A medida que su relación se profundiza, ambos se ven envueltos en un romance apasionado, lleno de secretos y revelaciones, con el peso del pasado amenazando con destruir su futuro.
Leer más—Tengo que irme —dije, levantándome de la cama y comenzando a vestirme rápidamente. Las sábanas aún guardaban el calor de nuestros cuerpos, pero yo ya estaba enfriándome, cerrándome en mi propia decisión.
—Leo, pero creí que te quedarías toda la noche. Por favor, no te vayas —suplicó la mujer a mi lado, cuyo nombre apenas recordaba. Sus ojos, húmedos y suplicantes, buscaban algo de comprensión en los míos, pero ya estaba demasiado lejos. Admito que soy un desastre y siempre he creído que el amor es una m*****a pérdida de tiempo. Todo en mi vida parece ser temporal, fugaz como las sombras al amanecer. No logro tener un momento de paz; siempre hay una mujer detrás de mí. Pero, al fin y al cabo, quien recibe un regalo no debería llorar. Yo aprovecharé lo que la vida me ofrece. Si las mujeres deciden entregarse a alguien como yo, que así sea. No me importa. —Leo, quédate —insistió la mujer en un último intento desesperado por convencerme de quedarme, algo que no haré. Su voz temblaba, cargada de emoción y un rastro de esperanza que se desvanecía rápidamente. —Jamás paso una noche entera con una mujer, y menos con alguien que es solo una distracción efímera. Adiós —declaré con firmeza, mi voz era la cortante brisa de otoño que barría las últimas hojas de los árboles. Terminé de ajustarme el pantalón mientras ella comenzaba a gritar insultos tras de mí. No las culpo; pasar una noche apasionada con ellas no significa que signifiquen algo más para mí. Antes de que pudiera reaccionar, sentí el impacto de una almohada en mi espalda. —¡Cobarde! —gritó ella, una acusación que se perdió entre las paredes desnudas del cuarto. Tomé las llaves de mi auto y salí de su departamento. Me dirigí a mi lugar favorito para distraerme, un viejo bar en la esquina de siempre, con el mismo bartender de siempre que ya conocía mi pedido sin que lo mencionara. Ni siquiera las mujeres logran llenar ese vacío que, lejos de disminuir, parece crecer con cada encuentro fugaz. Me senté al final de la barra, mirando subir la espuma en mi vaso de coptel, cada una llevándose un poco más de lo que me quedaba por dentro. Salí de ese bar, dejando atrás el bullicio y la algarabía, y me dirigí hacia mi refugio preferido en la ciudad. Necesitaba despejar mi mente, encontrar un respiro en medio del caos, porque incluso las mujeres ya no logran llenar el vacío que, en lugar de menguar, parece expandirse sin control. Sí, en apariencia tengo todo: riqueza, mujeres, lujos y placer. Soy el dueño de mi vida, un hombre que hace y deshace a su antojo. Pero en el fondo, algo falta, algo que se escapa de mi comprensión, algo que me mantiene anclado en un mar de insatisfacción. Me instalé en la cima de la colina donde se erige el nombre de nuestra ciudad. La vista desde aquí arriba es simplemente magnífica; todo parece diminuto y a la vez eterno. Las luces que salpican el firmamento añaden un toque de magia a la escena. Este es el único lugar donde las estrellas brillan con tal intensidad, un espectáculo que siempre me deja maravillado. Permanecí allí durante un buen rato, dejando que las preocupaciones se desvanecieran ante la inmensidad del horizonte nocturno. Después, emprendí el camino de regreso hacia mi departamento. Al llegar, una sensación de vacío me invadió. Sin embargo, al menos mi fiel compañero, Bary, me aguardaba en la puerta. Es un hermoso husky, con su pelaje grisáceo y sus ojos vivaces que reflejan lealtad inquebrantable. Lo acaricié con ternura, buscando en su presencia un destello de autenticidad en un mundo lleno de superficialidad. Este perro es mi única compañía, mi fiel amigo que nunca me ha fallado. Mis padres dicen que soy un alma solitaria, que no confío en nadie. No es que no confíe, simplemente no quiero hacerlo. No quiero perder el tiempo en estupideces. Las amistades son falsas, no existen amigos de verdad. Cuando era joven, en mis tiempos de juventud, todos se burlaban de mí por mi apariencia. Era el chico gordo y menos agraciado del salón. Mis anteojos eran prendas de burla, y vivía humildemente mientras mis compañeros presumían de sus viajes y las compras que les hacían sus padres. Y al final, siempre estaba yo, el chico al que todos acosaban, incluso Marisol, la chica de la que me enamoré perdidamente. Su cabello negro como la noche la hacía resplandecer entre todas las mujeres. Sus mejillas brillaban con luz propia y siempre tenía una sonrisa en el rostro, aunque no fuera dirigida hacia mí, sino hacia David, su estúpido novio que la trataba mal. Ellos eran como el yoyo, terminaban y volvían, la pareja más tóxica que existía. Después de que mi padre falleció, tuve que vivir aún más miserablemente. Pero un día, ella se acercó a consolarme. Eso me hizo amarla aún más. Pero al final, solo fue eso, un gesto de compasión. Nunca hablamos, y cuando finalmente me animé a hacerlo, mi madre me anunció que se había casado con un hombre muy rico. Él me sacó de la escuela, me metió en un colegio privado, y jamás volví a ver a Marisol. Me puse a dieta, adelgacé, y mi físico cambió totalmente. Pasé de ser el chico gordo, feo y sin gracia, a uno de los hombres más ricos, heredero en vida de la fortuna Ruiz y uno de los más apuestos. Pero aún así, nada de eso pudo llenar el vacío que Marisol dejó en mi corazón. Me desabroché la camisa y me dirigí hacia la regadera. Disfruté de un baño reconfortante y luego me puse mi ropa de dormir. —Bary, a dormir —le dije a mi perro, quien rápidamente subió a la cama y se acomodó mientras yo me recostaba. Preparándome para el día siguiente, cuando comenzaría una nueva jornada. Mañana es día de contrataciones, y me gusta encargarme personalmente de seleccionar a mis empleados. Si ninguno cumple con mis expectativas, prefiero no contratar a nadie.Días después de la boda de Angie y John, nos reunimos de nuevo para celebrar la boda de Itzel y Kerem. Su relación siempre había sido como un campo de batalla, lleno de discusiones acaloradas, pero también de un amor innegable que resplandecía en cada mirada y gesto. La ceremonia se llevó a cabo en un salón elegante, con luces suaves y decoraciones florales que contrastaban con la intensidad de la pareja. Desde el momento en que ambos entraron, quedó claro que esta boda sería todo menos convencional. Cuando llegó el momento de los votos, todos los presentes aguantamos la respiración, anticipando lo que sabíamos sería una mezcla explosiva de emociones. Kerem fue el primero en hablar, con una sonrisa que combinaba desafío y amor. —Itzel, desde el primer día en que nos conocimos, supe que estar contigo sería una aventura. Discutimos, peleamos, pero también nos amamos con una pasión que no tiene igual. Prometo seguir discutiendo contigo, porque nuestras peleas nos hacen más fuertes,
Los meses comenzaron a pasar, mis loquitas tenían el vientre del tamaño de un balón y yo parecía un globo aerostático, pero no importa. Leonardo dice que nos casaremos después de que nuestras 5 bendiciones nazcan, y por lo visto, ni siquiera puedo levantarme de la cama porque peso mucho, mi panza, pero Tay me cuida mucho. Ella es la única que ya se casó con Ian.Itzel se fue a vivir con Kerem, Andreina sigue atando a la cama a Jonathan, y Leonardo me tiene viviendo en su mansión porque no quiere separarse de mí.El bebé de Betty nació hace tiempo y Matías lo visita de vez en cuando. Dice que es su hermanito y que va a practicar con él para cambiarle los pañales a sus otros hermanos.Los meses continuaron pasando y finalmente llegó el día de mi parto. Fue por cesárea y por casualidad, mis locas también dieron a luz el mismo día. Empiezo a creer que nos embarazamos al mismo tiempo. Andre tuvo 3 lindo bebé, Itzel 2, Angie 4, yo 5, y Tay está embarazada de 1.Estuve en el hospital algunos
—Y no solo eso, Karla, al ser su cómplice, podría ir a prisión —añadió.—Pero yo la golpeé. ¿También me encerrarán a mí? —pregunté con preocupación.Kerem tomó aire.—Preguntémosle a Jhon, pero estoy seguro de que tú estarás bien —respondió, intentando tranquilizarme.—No puedo ir a la cárcel, Kerem. Si estoy encerrada, nuestros gatitos no recibirán los cuidados adecuados —dije, preocupada, y él se quedó en shock.—¿Gatitos? Princesa, ¿estás embarazada? —preguntó él, sorprendido.—Maldita loca, ¿cómo te atreves a poner a mis hijos en peligro peleándote con esa maldita payasa? ¿Acaso estás bien de la cabeza? —se enojó.Pero ¿por qué se enoja? Seguro está molesto porque golpeé a esa mujer.—¡Ya la vas a defender de nuevo! —grité.—En serio, no puedo contigo, Itzel. No me enojo por esa bruja, sino por mis gatitos. ¿Cómo te atreviste a poner en peligro a mis hijos? —mencionó molesto.—Estoy bien, fue como ir al gimnasio —pasé mis brazos por sus hombros—. No te enojes conmigo, no lo volver
★Itzel.Estaba más que furiosa. Mi hermosa amiga acababa de llamarme para decirme que ese idiota había ganado la custodia de Matías. Según ella, el maldito juez había sido comprado por ese cara de estiércol.Estaba decidida a encontrar a esa payasa de una vez. Si no podía desquitarme con David, lo haría con ella.Lo único que me preocupaba era Kerem, quien me seguía. Juraba que si defendía a esa mujer, se olvidaría de mí.—Te va a salir humo de la cabeza —mencionó Kerem, notando mi creciente ira.—Que me salga lo que sea, no me importa —respondí con vehemencia mientras nos dirigíamos al lugar que nos habían indicado para encontrarla.Envié a Kerem a preguntar por ella, pero para nuestra sorpresa, la maldita no estaba.Estaba furiosa, encorajinada y alterada, y no tenía a mis gatitos para calmarme.—Me dijeron que se acababa de ir, probablemente está en casa —dijo Kerem, intentando mantener la calma.—¿Sabes dónde vive? —le pregunté, tratando de controlar mi impaciencia. Él asintió con
★ Marisol. Llegué al juzgado con el corazón en un puño. Había sido un día abrumador. Ahora me encontraba frente a David, escuchando sus acusaciones congelantes. —Marisol Sánchez ha sido infiel durante nuestro matrimonio. Mantuvo una relación con Leonardo, un hombre que parece dispuesto a dejar a su hijo sin padre biológico —acusó David con una calma que me hizo temblar por dentro. Mis puños se apretaron con furia mientras él continuaba desenrollando su versión retorcida de los hechos. Imágenes de una noche en la discoteca con Leonardo se proyectaron en la sala, distorsionando nuestra relación como si fuera algo sucio y destructivo. Sentí el peso de las miradas de los jueces y los abogados sobre mí, evaluándome como si fuera una criminal. —Desde que comenzó su relación con Leonardo, Marisol ha descuidado su papel como madre. Ahora solo parece preocuparse por mantener esta relación irresponsable —prosiguió David, con su voz resonando en la sala de audiencias. Mi mente se llen
—Estoy seguro de que encontraremos la forma de enfrentarla. No podemos permitir que se salga con la suya después de todo lo que ha hecho —dijo Kerem.Ian permaneció en silencio, pero su mirada feroz y sus puños apretados hablaban por sí mismos, revelando la intensidad de sus pensamientos.Finalmente, llegamos a la ciudad y comenzamos nuestra búsqueda frenética. Cada uno de nosotros estaba decidido a encontrar a la payasa y asegurarnos de que rindiera cuentas por sus actos.Llegamos a la ciudad con un propósito claro: encontrar a Karla Montenegro y asegurarnos de que pagara por lo que había hecho.Nos dividimos en equipos, con Kerem y yo decidiendo comenzar por las empresas Montenegro, sabiendo que era la hija del dueño del grupo empresarial.Entramos al imponente edificio de Montenegro Group, con Kerem a mi lado. La recepcionista nos miró con curiosidad mientras nos acercábamos al mostrador.—Buenos días, estamos buscando información sobre, Karla Montenegro. ¿Podrían ayudarnos con eso
Último capítulo