Mundo ficciónIniciar sesiónJaque Mate en Seda y Diamantes
El silencio que dejó Katerina tras su partida fue más violento que cualquier grito. El olor a victoria se había evaporado, reemplazado por el hedor a azufre de una nueva trampa, una mucho más sofisticada y pública. Adán, mi patético y vengativo exnovio, convertido en un arma legal de diez millones de euros. Era un golpe maestro de maldad.Stavros fue el primero en moverse. Su rostro, antes una máscara de fría satisfacción, era ahora un mapa de furia glacial. Se volvió hacia Jack. —Esto es inaceptable. Tu... esposa, se ha convertido en una responsabilidad financiera y mediática antes incluso del desayuno. Soluciónalo.Se giró y salió del salón, su espalda rígida como una sentencia. El juez, sintiendo la atmósfera letal, recogió sus cosas y prácticamente huyó. Nos quedamos solos, Jack y yo, en medio de los restos de nuestra boda-farsa, ya casados y ya en crisis.—Diez millones de euros... —musité, la cifra era tan






