Valentina
Bianca y Lorenzo se quedaron detrás, listos para comenzar lo que él llamó "un entrenamiento básico", aunque sabía que en su mente ya tenía un plan riguroso para convertir a Bianca en algo más que una víctima.
El camino hacia la casa segura en la ciudad fue tranquilo. Shadow conducía con la misma expresión impenetrable de siempre, pero había algo en la rigidez de sus hombros que delataba su tensión.
Nicola, a mi lado, estaba inmerso en sus pensamientos, con la mirada fija en el paisaje que pasaba rápidamente.
No había hablado mucho desde la discusión con Bianca, y aunque su rostro era una máscara de frialdad, sabía que las emociones estaban latiendo bajo la superficie. Todos estábamos lidiando con nuestros propios demonios.
Cuando llegamos a la casa segura, Nicola se dirigió a una habitación para prepararse, mientras yo me ocupaba de encontrar algo adecuado para la reunión.
Shadow, como siempre, desapareció sin decir nada, moviéndose por la casa como un fantasma.
Entré en una