Mundo ficciónIniciar sesiónEl amanecer llegó despacio, filtrándose entre las cortinas de la habitación que ahora era oficialmente la de Sara. La mansión Valmont despertaba con un ritmo diferente esa semana: empleados corriendo de un lado a otro, decoradores entrando y saliendo, flores que cambiaban de lugar según las órdenes estrictas de Alastor; incluso Henry parecía más silencioso, aunque solo por momentos.
La boda del heredero —y del heredero ilegítimo— se había convertido en noticia de portada en todas las revistas financieras y sociales. Aquel matrimonio, aunque muchos no lo sabían, era una muralla trazada de prisa alrededor de Scott. Y Sara era una pieza clave, aunque nadie lo imaginara.
Sara se levantó, todavía con el sabor amargo de la inquietud que había sentido toda la noche. No era miedo, no del tipo que sentía hacia su exnovio. Era… un tipo de angustia suave, co







