Mundo ficciónIniciar sesiónEl camino de regreso desde el hotel hasta la mansión fue silencioso. No incómodo, sino un silencio lleno de cosas no dichas. Después del ataque de ansiedad de Sara por el helado de chocolate, Scott había permanecido a su lado todo el tiempo, quieto, atento, sin presionarla con preguntas, solo acompañando su respiración agitada hasta que volvió a sentirse en control.
Ahora, mientras el auto avanzaba entre los árboles y el cielo nublado de la tarde, Sara miraba por la ventana con las manos entrelazadas sobre su regazo.
Scott la observaba de reojo.
La conocía lo suficiente —aunque a veces sintiera que no sabía nada— para saber que su mente seguía atrapada en ese recuerdo oscuro.
Cuando llegaron a la entrada principal, los guardias abrieron el portón y el auto avanzó por el camino de grava. Apenas el vehículo se detuvo, Scott fue el primero en bajar y







