— ¡Tú! Maldito orgulloso — Robert gritó desde el centro de la sala cuando todos comenzaban a salir y Velkan llevaba casi a rastras a Leonard.
Con el rostro pálido y los ojos llenos de ira, se acercó a grandes zancadas, mientras Remus se ponían en medio para cortarle el paso.
— Leo, esto no ha terminado. La manada Sombra de Luna ha sido la más grande y poderosa del país por años. Y ahora, tú, con tu inexperiencia, has puesto en peligro nuestra tradición, nuestra cultura, nuestra jerarquía. No puedes cambiar lo que somos, ¡No te dejaré llevarnos a la guerra!
— La tradición no es la esclavitud, Robert. La cultura no es la opresión. La jerarquía no es la división. La tradición de Sombra de Luna es la fuerza, la prosperidad, la protección de nuestro pueblo. Y esa es la tradición que estoy restaurando — dijo Leo, su voz era un eco de su poder, aunque estaba casi doblado sobre sí mismo — Hemos sido una manada que ha vivido en la sombra, pero ahora, bajo mi liderazgo, mi gente vivirá a la luz.