El sol de la tarde se filtraba por las ventanas de la oficina, pero el ambiente seguía siendo frío y tenso por la ausencia de Sienna. Leo se sintió impotente al verla huir, y el haberla buscado tanto sin ningún éxito lo tenía preocupado.
« No pudo haber ido lejos, deberías concentrarte en tu conexión con ella, estoy seguro que después de la otra noche el hilo puede formarse de nuevo », Randall sugirió.
« No funciona así, Randall, no puedo manipularlo. Además, ella me rechazó, ¿No lo recuerdas? » el hombre le respondió.
« A mí no me pareció un rechazo, tendría el corazón partido en dos ahora si hubiera sido de ese modo »
« ¡Ah, qué bien! ¡Te felicito! » Leo destiló su veneno irónico sobre el lobo « ¡Tus sentimientos son una maravilla, y tus estados de ánimo me dan urticaria! Un momento eres una bestia loca y descerebrada, y al día siguiente un dulce cachorrito que no entiende de corazones rotos, debería ir al psiquiatra cuando lleguemos a Sombra de Luna, ¡