— Chris, por favor, déjanos a solas. Necesito hablar con Sienna — dijo Leo, su voz baja y gutural tenia los matices aterciopelados de alguien que seguramente se está conteniendo, pero con una resonancia de autoridad que hizo que Chris se tensara de inmediato.
Chris lo miró con furia. Era la primera vez que Sienna veía esa mirada en él. En años de conocerlo, de trabajar para él, y de tener esta… amistad tan profunda entre ellos, jamás lo había visto adoptar una actitud tan tosca e inflexible.
— Sienna y yo estamos en medio de una conversación, Leo. Y no te atrevas a darme órdenes. Soy su amigo, su confidente, y no voy a permitir que la confundas ni la lastimes.
El Alfa dio un par de pasos hacia ellos, lentamente, con elegancia y manteniendo la barbilla levantada y la espalda recta, sin aminorarse en absoluto ante el fundador y accionista mayoritario de Brown Group, y con una mirada era una advertencia.
— Lo que Sienna y yo tenemos, Chris, es algo que tú nunca entenderás. Y si no te al