El elevador comenzó a bajar de piso en piso en compañía de Chris, pero Sienna continuaba sintiendo la presión que ejercía esa fuerza sobrenatural entre ella y el Alfa, esa presión que luchaba por unirlos, aunque ella intentara todo lo contrario y quisiera huir de él.
Bajó la mirada cuando algo pareció enredarse en su mano derecha, como una cinta suave y electrizante.
Echó un ojo para ver lo que era esperando sacudir la hebra de hilo de su ropa que seguramente tenía enredada en la mano cuando lo vio por primera vez, el hilo rojo se formaba hecho de energía pura, de la magia de la elección que Selene había hecho para ella, y… para él.
« ¡Carajo! Kyara no estaba equivocada », pensó aterrada para sus adentros, mientras su rostro perdía ese rosa habitual de sus mejillas al darse cuenta de que si la diosa lo había decidido, no habría casi nada que lograra burlar al destino impuesto por ella.
Pero ella era Sienna, la chica Omega que había logrado despertar a su loba después de que todo el mu