Rachel no tardó mucho en llegar, cuando el personal de seguridad lo llamó para informarle que: “la señorita Williams acaba de llegar, señor Brown”, ya Chris había despedido al personal de la casa y les había dado la noche libre para tener total privacidad.
La vio cruzar la puerta y dejar su maleta en la entrada mientras miraba hacia todas partes buscándolo, y él, desde la parte superior de la escalera, la admiró como la primera vez que la vio.
Tan hermosa, tan misteriosa y fuerte. ¡Joder! Estaba idiotizado por esa mujer, y no tenía idea de cómo iba a hacer para vivir sin ella si lo hubiera rechazado.
— Rachel… viniste — La saludó tragando saliva, mientras sus manos nerviosas no sabían qué hacer — Yo… pensé que querrías comer algo, así que he pedido la cena de aquel restaurante que te gusta&hellip