Mientras tanto en la cocina, nuestras mentecillas brillantes comenzaban a confabular...
-¿Babosito?
-¿Cuándo será el día que me cambies ese apodo? ¿Algo así como cariño, cielo o mi rey?
-Ya cállate, eres baboso y punto.
-Jóvenes -Jack no pudo aguantar la risa que le producía ver el espectáculo que armaban esos dos.
-Ya, ya, a lo que iba. La próxima semana será la primera audición y aunque soy perfecta, tengo miedo de que te equivoques.
-No te preocupes, enana -replicó en tono molesto-. Todo saldrá estupendo, pero si quieres podemos trabajar todo el fin de semana para que la señorita no se sienta nerviosa.
-El tema es que tanto tu papá como mi mamá están enfrascados en lo de su juicio y no creo que nos dejen ir solos por tantos días.
-¿Dónde?
-A los Hampton...
-Buen punto...
-¿En qué están pensando, pulguillas?
-Ah guapetón, solo en divagaciones.
-¿Tan chicos y con tantas preocupaciones?
-Ajá -respondió Alma asintiendo con su cabeza.
-¡Se me ocurrió una idea! -Lanzaron ambos chicos al