Cuando se cerraron las puertas de la sala de partos el corazón de Adam dejó de latir por unos segundos, se dejó caer al piso y lloró, lloró como un niño, si con todo el dinero que poseía pudiera cambiar su lugar con ella en ese momento con gusto lo haría, ella era su "Cielo", la razón por la que tanto él como su familia habían cambiado.
Sus lágrimas brotaban de sus ojos y sus sollozos se escuchaban en todo el pasillo, ya no sabía cuánto tiempo llevaba en ese lugar, no sentía nada, en ese momento todo era desesperanza.
De repente sintió que unos brazos lo acunaron, un suave aroma a Jazmín inundó sus fosas nasales, levantó como pudo la mirada enrojecida y vió en aquellos ojos avellana que conocía la misma mirada de su amada.
-Adam... Adam... ¿me escuchas? Adam, por favor reacciona... ¿Qué le pasó a mamá? - Como pudo se incorpora y trata de hablar.
-Estábamos terminando en el tribunal y empezó a respirar con dificultad para luego desmayarse. -dice de manera entrecortada-No sé por qué la