-Narrador omnisciente-
Ha pasado un mes del incidente en el hospital, Adam y Alma son dados de alta y nuestra nueva familia se mantiene en una calma dudosa, esa que venía antes de la tormenta. Aunque aún no podían encontrar a la víbora de Andrea, todo había tomado su curso, su hermana Daniela está tras las rejas esperando su juicio por intento de homicidio y secuestro. Ella no había hecho nada por defenderse y sólo esperaba que el juicio llegara para ser condenada y de la botoxeada de Yorelys no se sabía, al parecer se encontraba en un crucero en las Bahamas, ¿conveniente no?
En cuanto a quienes nos importaban cada uno había empezado a retomar su propio rumbo tratando de volver a la normalidad que tanto ansiaban. Ah y se podía decir que eran una familia, pues mis chicas Soré se habían ido a vivir al penthouse de los Scott, así que pueden empezar a imaginar en sus cabecitas lo que se viene por delante. Para comenzar, nuestras mentecillas brillantes estaban terminando su año escolar y preparándose para el nuevo montaje en la clase de teatro, los chicos decidieron hacer "Sueño de una noche de verano" ¿hermosa no? Otra cosa, ¿se acuerdan del baile de la asociación de abogados que mencionó Irma tiempo atrás? Pues les contaré que ese año, quienes fueron los encargados de prepararlo no fueron otros que nuestra bella pareja, pues si, el bufete Scott y asociados será el anfitrión.En la escuela...
Thomas (como Lisandro) -"Ay de mí, por todo lo que jamás leí, y por todas las historias y relatos que he oído, sé que el cauce del amor sincero nunca fue sereno; pues, o bien sufre de diferencia de rango" Alma (como Hermia) -"Oh Dios! Demasiada nobleza para una cárcel tan plebeya... Oh, el mérito depende de lo que eligen amigos... ¡Oh infierno! Elegir el amor con ojos ajenos. O si se ha escogido a quien convenga, viene el cerco de la guerra, la muerte o la dolencia para hacer al amor efímero como un trino, veloz como una sombra, breve como cualquier sueño, raudo como el relámpago en la noche tenebrosa que, en un suspiro, despliega cielo y tierra y antes que un hombre pueda decir "¡Mira!", vuelve y cierra sus fauces renegridas, y los devora tan pronto que lo brillante va a dar en confusión" -Excelente muchachos, como siempre se han superado -se escucharon los aplausos en la sala. -Gracias maestra, esto es todo gracias a usted y sus sabios consejos -Thomas le guiñó un ojo y sonrió para luego mirar a Alma. -¡Muchas gracias! ha sido hermoso trabajar con usted. -Bueno, bueno. Todos a descansar y luego regresen a su salón -tocó el hombro de Alma y la miró-. Alma, sé que este es tu sueño, por eso me he permitido enviar tus antecedentes a Juilliard para que te den una beca. La chica queda sorprendida hasta las lágrimas. -Maestra mil, pero que mil, millones de gracias -luego la abrazó y lloró de alegría. -Para nada, te lo mereces. Lograste que este muchacho actuará -dijo mirando a Thomas esbozando una sonrisa-. Y fuera tu otra mitad, esto que has hecho me demuestra lo profesional que eres y que llegarás muy alto. Se separó y le dio unos golpecitos en el hombro. -Bien hecho, ahora espero verte pronto en Broadway. -Salió del salón dejando a ambos chicos sumidos en sus pensamientos. -Escuchaste babosito -le dijo aún con voz incrédula-. ¡Juilliard, iré a Juilliard! -Sí, enanita, felicidades -ambos se abrazaron, aunque en el tono empleado por Thomas había dolor, pues el habla decidido ir a Harvard al igual que su padre, el sólo pensar que se separaría de ella lo hacía sufrir. -Soy tan, pero tan feliz -en eso le agarró la cara a Thomas y le dio un casto beso. Sorprendido y sonrojado se quedó estático. -Alma. -Perdón -puso carita triste, ella actuó antes de pensar, pero de verdad quería besarlo-. No quería hacerte sentir mal. -No, no es eso enanita, es sólo que me pillaste desprevenido, tú sabes lo mucho que te quiero, pero. -No te preocupes, te entiendo. «Mierda acabo de echar todo a perder, tonto, tonto y más tonto» dijo para sus adentros. -Tranqui sólo es que no me lo esperaba. -Ya, Thomas, entendí ahora déjame volver al salón - Alma salió molesta del escenario y dejó al pobre de Thomas hecho un mar de nervios. Nuestras mentecillas brillantes han tenido su primera discusión oficial ya no como niños, sino que como futuros adultos.En el hospital ...
-Uff, por fin, ¡estoy muerta!
-Y que lo digas, después que Dylan se fue, hemos tenido que cargar con todo. -Ay, Bruno -se acercó y le hizo cariño en la cara-. Si hubiéramos sabido antes esto no hubiera pasado. -Pero él no confió en nosotros. No fue capaz de defender lo nuestro y sólo se fue- En eso viene Ethan entrando a la sala de descanso. -Eso quiere decir que no era el indicado. -Como siempre metiéndose en conversaciones ajenas. -Val no te enojes, él tiene la razón -dijo Bruno riendo. -¿Cuándo vas a entender que no soy tan malo como me pintan? -Val rodó sus ojos. -Creo que nunca doctor Scott, pero bueno -se dirigió a Bruno-. Al mal tiempo buena cara ¿no? ¿Quieres salir esta noche a tomarnos una copa? -Obvio, muñeca. -¡Me sumo! -dijo con ánimos, Ethan. -Le hablaba a Bruno -replicó molesta Val. -Val, mejor vamos todos, no vaya a ser que después no te pueda de lo ebrios que vamos a quedar -le guiñó un ojo a Ethan-. Doctor ¿usted nos invita? -¡No faltaba más! vayan a cambiarse para salir. Los tres llegaron al bar de Sam, el lugar se había hecho habitual debido a las circunstancias y sobre todo a la seguridad que representaba. Se bajaron de la Hummer que los trasladaba a todas partes, se adentraron en el lugar, se acercaron a la barra y ahí estaba Sam como siempre con una gran sonrisa. -¡Miren que nos trajo la ola, si son los tres mosqueteros! -Amigo -Ethan le dio un abrazo y le sonríe-. Gusto de verte. -Hola Sam, estoy muerta, necesito de ti. -Val, que directa -río Bruno-. Hola, mi barman favorito -chocaron las manos y luego se abrazaron-. Quiero lo mismo que la princesa manos de dios. -¡Bruno! -¿Qué? -se encogió de hombros-. Si así te dicen en el hospital, yo sólo lo reproduzco. -Bella, entonces ¿una margarita? -Sam río y habló tratando de cambiar el tema. -Si -exclamó como cría. -Cerveza para mí -dijo Ethan. -Mejor que sean dos, que el trago de Val, ¡puaj! Se quedaron en la barra charlando un buen rato, la música hizo que el lugar tuviera un muy buen ambiente por lo que disfrutaron tranquilamente. Pasado un rato, Bruno sacó a bailar a Val y Ethan se quedó viéndolos. Mientras los chicos disfrutaban del baile con sus tragos en las manos, Sam se acercó a Ethan cambiando su jarra vacía. -Se ven bien juntos. -Sam- Ethan rio entre dientes-, si no supiera que Bruno es gay, te lo concedería. -Pero igual te molesta ¿no? -No ¿qué dices? para nada. -No me vengas con esas, se te nota a leguas que a Val te gusta, ¿no se lo has dicho? -Ethan comienza a sobarse la nuca -Creo que sí y no, pero ella me ve como el hijo de la pareja de su madre. No me ha dejado chance. -Interesante, yo creo que en ella también hay algo, pero todavía no logro descifrar, bueno el que no arriesga no cruza el río. Con lo que dijo Sam, Ethan decidió ir hacia la pista de baile y se unió a sus amigos, Val se movía entre los dos muchachos de manera sensual poniendo a mil el corazón y otras cosillas de Ethan. Al parecer Bruno lo notó y de a poco se empezó a separar de la pareja... En eso comenzó a sonar música lenta y Ethan tomó a Val de la cintura. Ella no dijo querer separarse, debían ser por las margaritas de más que estaban avivando su personalidad. -Eres hermosa -dijo en su oído-. Val yo. -Shuuuu, por hoy sólo déjame disfrutar -lo tomó del cuello y siguió el vaivén del baile.