Estas semanas de paz habían sido maravillosas, las cosas iban de maravilla con Adam, mi embarazo se empezaba a notar, sobre todo por mis antojos, las náuseas y mareos matutinos las tenía Adam. Sí, al pobre le tocó la peor parte del embarazo. Nuestros hijos habían tratado de sobrellevar los cambios, aunque a Val y Ethan los vemos menos, pues se encontraban a full trabajando en el hospital. Me conformo con saber que estaban bien y juntos.
En cuanto a mis pequeños, que ya no lo son tanto, los había visto un poco molestos entre ellos, habían vuelto a ser las del perro y el gato, uff ¿la edad no? Esa semana se realizaba el baile anual de la asociación de abogados y Aston, Gypsia y yo estamos trabajando a tope para que saliera todo perfecto. Mientras tanto Adam, Sam, Jack y Stuart siguieron preparando el caso en contra Andrea y sus secuaces, aunque de ella aún no sabemos nada, tenemos la certeza de que podía aparecer en cualquier momento. -Muevan esas mesas hacia la izquierda, el centro debe quedar completamente libre para el baile. -Okey Sra. Scott -dijeron los trabajadores. -Soré chicos, Soré -Blue acaban de llegar los centros de mesa-dijo Gypsia con carita triste, algo le pasó, días anteriores la miraba cabizbaja y sin ánimos. -Dime Gypsia ¿Algún problema? -Eh, bueno Blue - Se queda callada cuando ve llegar a Aston con varias cajas. -Hola, Cuñis -besó mi mejilla y tocó mi pancita-Pequeñines, Gypsia -cambió a un tono muy seco. -Señor Scott, con permiso Blue seguiré con el tema de las confirmaciones. -¿Qué está pasando aquí? -me crucé de brazos en la medida que puedo y puse mi cara de pocos amigos, mientras miraba a Aston. -No sé a qué te refieres, preciosa -respondió Aston con una sonrisa fingida-. A mí no me pasa nada. -Sóplame este ojo. Algo pasa o pasó entre ustedes dos. -Uff -resopló frustrado- No tengo idea, Gypsia lleva una semana sin querer hablar conmigo, salvo para cuestiones de trabajo. -Algo debiste haber hecho ¿no? -Nada de nada, solo. -Aston Scott, si no hablas ahora, dejo todo esto botado para ir con Gypsia y tú le respondes a la asociación y a tu queridísimo hermano, tienes tres segundos para hablar. -¿Eh? -Dos... -Blue, no soy un niño. -Y... -Bueno, bueno está bien. -Explica. -Hace unos días invité a cenar a Gypsia, le iba a pedir formalmente que saliera conmigo, todo iba perfecto hasta que apareció Yorelys. -¿Y qué quería esa? -Pues no tengo idea, solo me saludó muy de cerca, preguntó por ustedes y luego se fue sin más -respondió en tono asustado. -¿Y qué más? -Nada. -Estoy esperando, Aston. -Bueno, bueno al despedirse me tomó desprevenido y me dio un beso muy cerca de la comisura de los labios. Después de eso todo fue incómodo y no pude decirle nada a Gypsia porque se quiso ir -le di un zape. -¡Auch! -Realmente los hombres son necios, ¿Qué crees que imaginó Gypsia baboso? ¿No piensas que la pobre chica malinterpretó todo? -Pero Blue, ella no es nada para mí - En eso venía entrando Gypsia que al escuchar esa frase nos miró con ojos llorosos. -Blue, los López. Perdón, los López no podrán asistir. -Gypsia, yo...-Intenta hablar Aston. -Señor Scott no se preocupe -me miró a mi ahora- Blue, ¿qué hago con lo de los López? -Gypsia antes de eso creo que escuchaste mal. -Blue, no tienes que excusarte. Por favor, me dices que debo hacer para poder retirarme. -Bueno cariño, sólo cambia a los Turner a la mesa de los López y con eso quedamos bien. -Perfecto, con eso me retiro. -Está bien, pero debemos hablar - Aston estaba en una pieza sin decir nada, su tristeza se notaba, bajó su rostro y solo pudo hablar cuando ella ya no estaba. -La cagué Blue. -Aston, es un mal entendido, yo creo que deberás hablar seriamente con ella, pero por ahora déjala tranquila. Ya sabes cómo somos las mujeres enojadas. -¿Pero qué voy a hacer ahora? -Ven, grandote -Lo acerqué a mí y le di un abrazo-. No dejes perder esta oportunidad -dije a su oído. -¿Que pasa aquí? -Ese era Adam muy molesto. -Hermano, no pienses mal. -Lo que me faltaba Adam, no seas infantil -me acerqué a él lo abrace y aunque se resistió, al final se rindió, para luego besarme apasionadamente. -Mmm. -¿Feliz? -Mucho. -¿Te dije hoy que te amo? -Nop. -Pues ahora te lo acabo de decir. -¡Quiero más! -No empieces -dije riéndome, pero él me estaba haciendo pucheros- ¡Otra vez! -Hola. Tierra llamando a tortolitos. -Aston -gruñó Adam. -Te gusta que tu hermano te trate mal -agarré sus mejillas y lo traté como a un niño-. Tienes que solucionar tu malentendido ¿De acuerdo? -¡Si mamá! -¿Qué están tramando ustedes dos? -Ya lo verás amor, ya lo verás. -¿Cómo va todo? -Me pregunta para salir del tema. -Está más que perfecto. Tenemos listas las confirmaciones, las cosas para la subasta y toda la seguridad gracias a Sam y Jack. -Maravilloso... Lo que no sabía Blue era que hoy le pediría que sea mi esposa. Ya le pedí ayuda a mis pequeños, ellos me habían apoyado en todo, aunque los veo un poco distantes en estos días, pero cuando buscaba de su consejo estaban ahí dispuestos a ayudar.Algunos días atrás en la joyería Tiffany & Co.
-Creo que esto le gustará -dice Alma probándose un hermoso solitario.
-Es perfecto, un solitario azul para la bella dama. Papá creo que Alma tiene razón. -Grandotote, ¿quién conoce más a mi Mami? -Bueno, bueno tienes razón, entonces será este. -Señorita -le solicitó a la vendedora-. Esté en el número 10 por favor, y en una bella caja de terciopelo azul. -Muy buena elección ¿ahora que nos darás para que guardemos tu secreto? -¿Eh? -Tomás, eres un baboso abusivo. -Sólo resguardo nuestros intereses, enana. -¿Les parece que los invite a cenar? -Perfecto, vamos donde Enrico. -¡Excelente idea! Ambos me tomaron del brazo, uno a cada lado para llevarme a la pizzería de mi querido amigo Enrico. La pasamos muy bien, estos dos chicos cada día me sorprendían más, ojalá pudiera ser tan vivo y transparente como ellos.De vuelta al presente.
-Cariño, ¿te pasa algo?
-Nada, nada, sólo estaba pensado. -¿En qué sí se puede saber? -En todo... estoy feliz por todo lo que hemos pasado, pero tengo una espina clavada. -Andrea. -Ajá. -También me preocupa, pero no podemos seguir escondidos por ella, hay que seguir adelante. -Lo sé, sólo espero que esa víbora aparezca para terminar con todo esto.En el hospital
-¿Hoy será mi pareja en el baile, señorita Soré? -Ethan me preguntó mientras me tenía abrazada. -Lo siento, Ethan, recuerda que tengo doble turno y no podré asistir. -Pero si lo hablamos con Bruno y el te reemplazará -Pues está muy resfriado y con mucha congestión. No quiero contagiar a los pacientes, no te molestes -Ya estaba con una cara de 10 metros, lo que no sabía era que le daría una sorpresa, llegando al baile. -Entonces no iré. -A no, no señor. Tienes que ir, nuestros padres han puesto todo de su parte para que esto salga perfecto y no podemos faltar los dos. Hazlo por mí, sino me sentiré muy mal con mi mamá. -Está bien -tomó mi barbilla-, pero te costará unos cuantos besitos. Ambos comenzamos a besarnos y acariciarnos, la verdad las cosas empiezan a subir de tono. Ethan se acercó a mi cuerpo y comenzó a tocar bajo mi uniforme, yo solté leves gemidos en son de aprobación y me acorraló llevándome directamente al sofá que tenía en su consulta. No paramos de besarnos y me senté sobre él para empezar a masajear su miembro ya erecto. Nos hemos transformado en fuego puro, nos mirábamos, nos necesitábamos y parecíamos uno solo. -¿Sigo? -pregunté mordiendo el lóbulo de su oreja. -¿Qué esperas? -¿Qué desea doctor? -Mmm una revisión completa de usted, doctora. -Pues colóquese boca arriba doctor, para examinarlo-Soltó una risita, pero obedientemente se colocó como le pidió su doctora y se dejó tocar. Mi corazón estaba muy agitado, pero me encantaba. -Debo revisar más a profundidad -comencé por abrir la bata y colocar el fonendo frío en su pecho, bajé por su pecho descubierto hasta su ombligo, me detuve. Lo miré y los ojos de aquel se habían oscurecido por el ansia de que siguiera tocando... Bajé hasta el cinturón y de un jalón lo solté, abrí el botón y luego el cierre para bajar ese pantalón que molestaba. -Mmm y sin bóxer, tentador. Lo comencé a masajear y luego de unos segundos introduje su miembro en mi boca, dispuesta a darle el mayor placer que deseaba. -Mmm oh si, si, no pares -tomó mi cabello tratando de dominar mi ritmo. -No, doctor, déjeme a mí. Ethan como pudo me detuvo, sacó mi pantalón y mis bragas para dejarme solo con la bata, lo miré seductoramente me monté en él acercando suavemente mi entrada a su sexo e hice que entrara en mi por completo para comenzar a moverme y sentirlo. Ambos gemimos de placer, él tomó mis caderas y comenzó a guiarme más fuerte y rápido hasta que sentí como estaba llegando a mi orgasmo. Unas cuantas embestidas más y él gruñe llegando también a su satisfacción final, me acercó y abrazó. -Te amo. -Shuuuu -lo miré con ternura, me levanté y comencé a arreglarme para seguir con mi trabajo en el hospital-. Disfruté la velada por mí -Le lancé un beso desde la puerta y me retiré. -Oh Val, ¿qué has hecho conmigo? -soltó en un suspiro, antes que me alejara de la puerta.Mientras a las afueras del edificio de Scott y asociados, una mujer castaña, de bellas curvas y mirada asesina terminaba de dar las últimas órdenes a sus secuaces para poder por fin sellar con broche de oro su venganza.