Sebastián
El nombre, Marcus Sinclair, se grabó a fuego en mi mente. La fotografía en el comunicado de prensa era un espejo cruel: los mismos ojos, la misma línea de mandíbula. Si el análisis de ADN que mi madre había ocultado era correcto, el CEO del temido Phoenix Group, una corporación conocida por sus adquisiciones silenciosas y su implacable estrategia, era mi padre biológico.
Y acababa de anunciar una "alianza estratégica" con Belmonte, en su momento más vulnerable. No era una alianza; era una toma de control velada.
Intenté llamar a Victoria de nuevo, pero su número estaba desconectado. El grito ahogado que escuché antes de que la línea muriera sugería que no se había desconectado por elección propia. Mi tía, la última pieza de mi origen, había sido silenciada.
No podía contactar a Aitana. Su exilio forzado significaba que había cortado todas las líneas de comunicación para blindar a Isabella de la prensa. Estaba solo para enfrentar esta nueva y monumental mentira.
Convoqué a mi