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InicioLa hija del duque
La hija del duque

La hija del duqueES

Romántica
Freya Asgard  Completo
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49Capítulos
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Resumen
Índice

Sinopsis

bxgDulceArroganteRomanceCaballeroTraición

Días después de perder a su madre, Ángela se entera de que su padre, quien jamás estuvo presente en su vida, es un duque de Escocia que en su momento estuvo dispuesto a escapar con la madre de ella, pero la mujer se escapó de él antes de que él lo dejara todo por ella y nunca la pudo encontrar hasta ahora, que recibió una carta informándole que tenía una hija y que él quiere hacerse cargo de ella por lo que la lleva con él a su país. Él tiene dos hijastros, David y Gabriel, a los que crio como hijos, y ella se enamora de Gabriel, pero una amenaza se cierne sobre Ángela, pues hay alguien que no quiere que ella tome su lugar como la hija del duque…

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Último capítulo

  • Epílogo

    Los meses pasaron y una mañana, me desperté con un fuerte dolor en mi vientre. Ya tenía las treinta y ocho semanas, así que podía tener al bebé. Claro que jamás imaginé el dolor que eso significaba. Aun así, fue un parto normal, sin contratiempos. Había hecho reposo todo el embarazo y mis cuidados y los controles, permitieron que mi niña se desarrollara sin problemas. Abigail nació a las doce y media del día, una hermosa niña de tres kilos y medio y cincuenta centímetros de alto. Era muy despierta y sonriente, casi no lloraba. Tenía los ojos de su padre. ―Es una niña feliz ―me comentó mi padre cuando la niña llegó a casa―. Sabe que es muy amada. ―Sí, papá, es una niña amada por todos, crecerá rodeada de amor. ―Te amo, hija, gracias por este hermoso regalo, conocerte es lo más bello que me ha pasado en la vida. ―Te amo, papi, gracias por haberme buscado, no sé qué habría hecho en Chile sola, sinceramente, no creo que hubiera sopo

  • Capítulo 48

    Gabriel y Ángela se fueron a un hotel donde esperarían su vuelo para viajar a Sudamérica. Ángela se sentó en el borde de la cama y se dobló en dos.―¿Qué pasa, darling?―Me duele.―¿Qué te duele?―El vientre.―Espera, llamaré al médico del hotel.Lo hizo y en pocos minutos llegó el doctor y le explicaron lo sucedido, incluso lo ocurrido en la fiesta. En tanto hacían eso, Ángela comenzó a sangrar.―Debe acostarse, le sugiero que llame a su obstetra, deben realizar una ecografía para corroborar que todo esté bien, el sometimiento a un estrés tan fuerte puede provocar problemas en los embarazos.―Pero ella estaba bien, doctor.―Sí, quizá la adrenalina la tenía muy alta y eso impidió que pudiera darse cuenta de que no estaba todo lo bien que pensaba.

  • Capítulo 47

    Ángela se quedó pensativa, tanto trabajo y sacrificio para que esa mujer arruinara su día, pero no se lo permitiría.―¿Y no podemos seguir la fiesta? No me esforcé para nada. Me cambio el vestido y seguimos, no voy a permitir que esa idiota eche a perder mi día.―Se podría ―respondió Alec―, claro que vendrá la policía y serán llamados a declarar.―Que declaren, solo será un momento con cada uno, al final, al parecer nadie vio nada.―Es cierto. Contigo se tardarán más.―A mí que me interroguen al final, así podré atender a los invitados.―No pareces muy conmocionada ―le dijo Gabriel.―¿Debería estar llorando y gritando? Sí, esa mujer me quería matar a mí y a mi hijo, pero no lo logró y, en vez de estar llorando, tengo que estar agradecida de que sigo viva,

  • Capítulo 46

    Los preparativos de la boda se llevaron a cabo sin ningún contratiempo. Las chicas de Lisa hicieron todo a la perfección y con mucho entusiasmo.El día del matrimonio asistió mucha gente, gente de la realeza, empresarios y la familia de José que viajó desde Chile para el gran evento.Los meseros se movían con gran agilidad por todo el recinto y no había ni una copa vacía ni nadie sin atención. Tras la cena, varios meseros desaparecieron. Alec lo notó y llamó a sus hombres, debían redoblar la guardia, algo estaba pasando y tenían que estar preparados.Ángela se dio cuenta de que Lisa estaba desesperada, se acercó a ella.―¿Qué pasa?―No lo sé, señorita, varios de los meseros desaparecieron y no sé dónde se metieron, están dejando a la gente sin servicio, los que quedaron, no da

  • Capítulo 45

    Aquella noche, Ángela se sintió mal, le dio un mareo y se le revolvió el estómago. Se levantó al baño, apurada, Gabriel la siguió.―¿Te sientes mejor? ―le dijo cuando ella terminó de vomitar.―Sí, no debiste entrar conmigo.―No digas eso, darling, quiero ayudarte. ¿Te sientes mejor?―No sé, me siento muy cansada y siento como una leve molestia en la cabeza.―Mañana te llevaré al médico.―No hace falta, debe haber sido algo que comí, o los nervios del juicio.―Puede ser, pero igual me gustaría que te viera un médico, si estás recayendo o algo te pasa, debemos saberlo.―Bueno, si te deja más tranquilo, iremos mañana a la clínica.Gabriel apenas durmió esa noche, estaba preocupado por Ángela, le habían salido negras ojeras de la nada y se

  • Capítulo 44

    Llegaron al castillo cerca de las cuatro de la mañana, estaban cansados, pero la fiesta había sido un éxito, solo el grupo de las amigas de Hanna se comportaron de mala forma, criticaron a Ángela, la que fue defendida por la mayoría de los presentes, por lo que Gabriel se quedó tranquilo, entendió que nadie le quería hacer daño.Gabriel y Ángela se fueron al dormitorio de él, ya no se separarían, no tenían razón, contaban con la aprobación de su padre, además, en poco tiempo, serían marido y mujer, aunque él no se lo pediría, esperaría a que ella estuviera segura de dar ese paso; aunque, para ser franco consigo mismo, temía que él solo fuera el amor de juventud de Ángela. Él ya tenía veintinueve años y ella solo veinte, para él, ella era el amor de su vida, pero para ella, tal

  • Capítulo 43

    Unas noches después, se reunieron para la cena y cada uno contó su día, como era habitual. Ángela habló de los preparativos de Navidad; David habló de sus nuevos cuadros y de su próxima exhibición; José contó algo de su día y de lo bien que progresaba su inglés, pues ya era casi fluido, Gabriel dijo poco, pues no tenía nada que contar, lo mismo Ángelo, para ellos era una rutina todo.Tras la cena, volvieron a quedar solos Gabriel y Ángela, este la invitó a caminar por los alrededores, a lo cual la joven aceptó, pero justo antes de salir, se largó un aguacero infernal. Se miraron y rieron.―Alguien no quiere que salgamos ―dijo Gabriel.―A lo mejor, quiere que vayamos a otro lado, a uno más íntimo.Gabriel la tomó de las caderas y la pegó a las suyas.―¿Y dónde serí

  • Capítulo 42

    Gabriel no sabía si arrepentirse o no de no haberse quedado con Ángela. Quería que ella estuviera segura y, por qué no decirlo, él también. No era por falta de amor, al contrario, solo que, tal como le dijo su papá, él continuaba con sus problemas de culpabilidad, sentía que no la merecía y no podía darle esa clase de inseguridad, eso sí que ella no lo merecía, así como él quería una mujer plena en su cama, Ángela merecía un hombre pleno en su vida.Su terapeuta le había dicho que le escribiera una carta a su verdadero padre, eso al principio de la terapia, no obstante, él no había sido capaz de hacerlo, por lo que aquello no estaba resuelto, era el tema más difícil para él y el que le daba más problemas, pues todos sus temas de culpa y de inseguridad se los había transmitido ese hom

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49 chapters
Capítulo 1
La hija del duque/Freya Asgard
 Avancé con paso vacilante al notar que alguien me seguía. A pesar de la gente que circulaba en ese momento por esa transitada calle, estaba segura de que ese hombre iba detrás de mí. ¿Sería posible? Quizá no era más que el fruto de mi imaginación, de tantos tiempo casi sin dormir.Alenté un poco mi andar e intenté relajarme. Era imposible que alguien me siguiera a las dos de la tarde en tan concurrida avenida. Miré hacia atrás y vi a ese hombre que me miraba con una expresión extraña, parecía asqueado. Seguí avanzando, ya faltaba poco para entrar al edifico donde trabajaba. Solo unos pasos más y estaría a salvo. Volví a mirar hacia atrás y ya no estaba. Lo busqué con la mirada por todas partes, pero no se veía. No era un hombre que pasara desapercibido, claramente no era chileno, era rubio y medía
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Capítulo 2
La hija del duque/Freya Asgard
 El hombre me tomó la mano con una de las suyas y con la otra acarició mi mejilla.―No me tengas miedo, por favor, jamás te haría daño, no a propósito, al menos ―me aseguró.―Es que...―Ya te dije que no quiero hacerte daño, solo quiero hablar, aclarar ciertos temas.Yo hice un puchero y me tapé la cara con las manos, no quería que ese hombre me viera llorar.―Niña, mi pequeña..., no llores. Ven acá. ―El hombre me pegó a su pecho de modo paternal y me dejó llorar―. No debes temer, mi pequeña, nada malo te pasará.―Es que... ―hipé, pero no pude continuar.―Ya, pequeña, tranquila, estás segura aquí.―Mi mamá...―¿Qué pasa con ella? ¿Te espera? ―me preguntó sorprendido.―No. ―Volví a llorar con más fuerza.<
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Capítulo 3
La hija del duque/Freya Asgard
 Pese al impasse, disfruté de la comida. David era muy parlanchín y alegre, por lo que me acoplé de inmediato a su carácter y nos contamos anécdotas de niños. Gabriel parecía ajeno a la conversación y Ángelo parecía disfrutar mucho de la charla.Al finalizar, mi padre nos invitó al bajativo en la sala.―¿Qué quieres beber, hija?―No sé, yo nunca tomo alcohol.―¿Te gusta algo?―La menta podría gustarle, papá ―dijo Gabriel.―Tienes razón.Me sirvió un vasito de menta y me lo extendió, le di un sorbo y arrugué toda mi cara.―Está rico, pero fuerte ―dije algo atorada.David se largó a reír.―Menos mal que no estábamos en una fiesta de gala. Tendrás que acostumbrarte, no puedes poner esa cara cuando te sirvan un trago ―se burl&
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Capítulo 4
La hija del duque/Freya Asgard
 Hubiese querido discutir, pero no me sentía bien, estaba mareada y sentía que me había drogado. Cerré los ojos y creo que me dormí, porque cuando desperté iba en los brazos de Gabriel, no dije nada, acomodé mi cabeza en su hombro y sentí su exquisito aroma; solté un gemido.―¿Te duele algo? ―me preguntó en un susurro.―No ―respondí, pero de inmediato me di cuenta del por qué me preguntó―. No me siento bien ―agregué, no podía decirle que no había sido un quejido, precisamente.―Ya estarás en tu cama y allí te quedarás.―¿Y papá?―Ya vendrá a verte, está arreglando unos asuntos.―¿De verdad me tengo que ir con ustedes?―No te vamos a dejar sola aquí con el riesgo de que te suicides.―¡No me voy a matar! ―protesté.―Sh
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Capítulo 5
La hija del duque/Freya Asgard
 Mi dormitorio era maravilloso, estaba decorado en tonos pastel y crema. Mi cama era inmensa, me perdería allí. Tenía las comodidades de cualquier ciudad grande. Tenía un televisor gigante, un equipo de música, un escritorio con una laptop, un mueble tocador, un sofá y un enorme ventanal. Había dos puertas juntas en una pared, entré a una y era una pieza clóset, no tenía mucha ropa, pero toda parecía hecha para mí, no sabía de dónde la habían sacado, de hecho, solo en ese momento, me di cuenta de que no había llevado equipaje, todas mis cosas se habían quedado en Santiago. Abrí la otra puerta y era el baño, entré, me lavé los dientes y me acosté. Ni siquiera tenía maquillaje, todo lo había dejado en Chile. Me coloqué un pijama que había encima de la cama y me acosté.No s&eacut
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Capítulo 6
La hija del duque/Freya Asgard
 Gabriel me miró con sorpresa, creo que no se esperaba mi reacción.―¿Estás segura de que eres capaz de soportar toda la verdad? Te recuerdo que todavía estás convaleciente.―Claro que soy capaz, no soy una débil mujercita.―No fue eso lo que vi en Chile ni anoche.―Eso fue distinto.―¿Lo crees? Quizá sea peor.―¿Qué quieres decir? ―espeté.―Gabriel... ―masculló nuestro padre.―Nada, no quiero decir nada ―replicó Gabriel y tiró la servilleta a la mesa, salió furioso.Yo miré a David, que estaba pensativo observando la nada, luego me giré hacia mi padre, que me miraba fijo, con una expresión de enojo.―¿Qué fue eso?―Gabriel es algo intenso, no le hagas caso ―me aconsejó.―Parecía muy seguro de lo que decía, ¿qu&eacu
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Capítulo 7
La hija del duque/Freya Asgard
 Cuando desperté iba en la ambulancia, Gabriel me acompañaba y tenía tomada mi mano. Parecía un deja vu, pero más doloroso.―¿Cómo te sientes? ―me preguntó con suavidad.―Mejor, al menos ya no me duele todo, solo casi.―Eso es bueno, te pusieron un calmante.―Lo siento.―¿Qué sientes?―Si no hubiera...―Sht, no sabías. Agradezco haber mandado a ponerle amortiguadores mientras estuvimos en Chile ―me dijo y con su mano libre acarició mi mejilla.―Yo también lo agradezco, entonces.Cerré los ojos y apreté su mano.―Descansa.―Gracias por estar aquí ―susurré y me dormí. Volví a despertar, ya estaba en una camilla en el hospital. Tenía yeso en el brazo derecho, en mi pierna izquierda, un vendaje en mi torso y varios parches, incluso en mi ca
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Capítulo 8
La hija del duque/Freya Asgard
  Al día siguiente, después del mediodía, me dieron el alta. Gabriel se había levantado temprano, se había dado una ducha y se fue a tomar desayuno, no quería dejarme sola, pero le aseguré que estaría bien. Así y todo, llegó con una taza de café y un sándwich poco después; no quería dejarme sola. David apareció a eso de las once. Me llevó ropa y algunos artículos de aseo que me había mandado Rose. Se acercó a mi cama y acarició mi mejilla con suavidad, me dio la impresión de que esa era la única zona "tocable", porque era el mismo lugar que me acariciaba Gabriel. ―Perdóname, Ángela, de haber sabido que el ascensor estaba malo... ―Ya me pediste perdón un montón de veces ―le contesté. ―Es que te pudiste haber matado y yo no... ―Pero no pasó. ―Menos mal que te tiraste al suelo, de otra forma, otra sería la historia. Gabriel estaba en molesto silencio. ―Y el amortiguador, antes no tenía ―replicó. ―Sí, t
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Capítulo 9
La hija del duque/Freya Asgard
Capítulo 9 Mi padre recibió una llamada y salió de la habitación, David se excusó con ir a ver algo y Gabriel quedó conmigo. ―Ya lo sabes, darling ―me dijo cuando quedamos solos―, cuando quieras algo, solo debes pedirlo. ―No quería molestar. ―¿Cuándo entenderás que no es molestia para nosotros cuidarte? ―Gabriel, ambos sabemos que para ti soy una aparecida y no soy de tu agrado. Una leve sonrisa burlona apareció en sus labios. ―Una cosa no quita la otra. Yo me entristecí, me estaba dando la razón; él se puso serio. ―No eres una aparecida, Ángela, eres la hija de Ángelo, y eso de que no me agradas... ―No te agrado, se te nota. ―Así de expresivo me ves. ―Conmigo lo eres. Volvió a esbozar una sonrisa. ―Estás en nuestra casa, tenemos el deber de cuidarte. ―Como deber. ―¿Esperas algo más? ―No, en realidad, no merezco otra cosa. ―Nadie habló de me
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Capítulo 10
La hija del duque/Freya Asgard
 Me levantó la cara con su dedo índice, su expresión era de preocupación.―¿Qué pasó?―Mi cara...―No te avergüences.―Es que parezco un monstruo.―Hey, jamás vuelvas a decir algo así, darling.―¿No te da asco verme?―¿Asco? ¡Jamás! Por favor, no digas eso. ¿Quieres saber qué es darling?―Sí.―Darling es querida, es una expresión de cariño.Yo volví a bajar la cara.―¿Te molesta?―No.―Me alegra, no querría llamarte de otra forma.―Pensé que me odiabas.―No, eso nunca y te lo dije, te dije que si me hubieras desagradado yo no habría sido duro contigo.―¿Y eso por qué?―¿No te has dado cuenta?Yo negué con la cabeza. Él no dijo nada, solo se acerc&oac
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