Un mes más tarde.Finalmente Dmitriy se encuentra en un estado de salud aceptable, sin el consentimiento médico, él se levantó de la cama, retiró todos los cables que se encontraban conectados a su cuerpo y fue directo a la puerta. Los hombres que se encontraban a su servicio de inmediato se acercaron y le brindaron ropa, Dmitriy no dijo una sola palabra, simplemente salió del lugar acompañado de sus hombres, en la parte de afuera un auto a su servicio se encontraba desde el primer momento en que había ingresado en el hospital.Mientras que iban de camino Dmitriy solo deseaba, ver a su esposa, abrazar a su hijo y buscar de manera implacable a su pequeña Vera, Dmitriy luego de aquel sufrimiento se había transformado en alguien peor de lo que un día fue.Al llegar a la propiedad todos quedaron sorprendidos ante su presencia, ya que los médicos no habían dado las mejores noticias. Los hombres que siempre permanecían a su lado lo saludaron con una venia, mientras que los nuevos integran
Días más tarde.Dmitriy se notaba agotado, debido a la cirugía tenía que hacer pausas en contra de su voluntad, pero aún así durante todo el día y gran parte de la noche buscaba sin cesar a su hija; en horas de la madrugada regresaba a casa. Irina esperaba despierta sentada al lado de la cama de Max, lo consentía hasta que quedaba dormido, ella lo adoraba al igual que aquel pequeño a ella. Irina deseaba recibir buenas noticias cada vez que Dmitriy regresaba a casa, y él lamentaba decirle nuevamente que no tenía ni el más mínimo rastro de su pequeña.Dmitriy como última salida decidió acudir de manera telefónica a los miembros de la mafia de otros países donde él era el cabecilla, les pidió ayuda para que le informaran si llegaban a tener contacto o información sobre Andrei.Luego de hacer unas cuantas llamadas, opaco los deseos de desahogar su dolor en el alcohol y fue en búsqueda de su esposa, ella se encontraba recostada en la cama llorando en silencio, se lanzó a su lado y acarici
El tiempo transcurrió hasta que llegó el día, aquel día que hizo que todo fuera diferente, una llamada en medio de la noche hizo que Dmitriy despertara, respondió sin dar espera, con ansias esperaba que se tratara sobre noticias del paradero de su hija.—Diga —respondió él de manera fría. —Señor Dmitriy, tenemos información de aquello que pidió; el muñeco juega libremente en los alrededores de Nueva York, buscaba refugiarse, pero debido a su aspecto fácilmente fue descubierto, al terminar la llamada le enviaré la dirección exacta del edificio abandonado que logró comprar.—Muchas gracias, si la información que me estás brindando es exacta, recibirás grandes beneficios, lo aseguro —respondió Dmitriy.—Para que te encuentres seguro de que lo que te estoy diciendo es verdad, estaré contigo, podrás contar que mi apoyo y mis hombres —al escuchar aquellas palabras Dmitriy sintió gran alivio. De inmediato se levantó de la cama, sin perder tiempo se llevó sobre su cuerpo uno de sus trajes f
Dmitriy regresó junto con su pequeña hija, la felicidad era tanta que él no podía creer lo que estaba sucediendo, fue directo a la habitación de los niños en búsqueda de su amada. Al llegar allí Irina se encontraba jugando con Max, al ver su regreso se levantó a toda prisa, sostuvo en sus brazos a la pequeña Vera, beso sus mejillas y rompió en llanto ante la felicidad que se apoderaba de ella. Irina no tenía palabras, supuso lo peor y tener nuevamente a su hija era lo mejor que le había pasado, Dmitriy se acercó y se abrazaron, el hecho de tener a sus seres queridos a salvo lo hacía sentir más tranquilo. —Gracias, gracias por traerla de regreso —habló Irina con la voz entrecortada.—No tienes nada que agradecer, es mi hija, era lo mínimo que podía hacer —respondió Dmitriy besando la mejilla de su esposa.—¿Lograste acabar con su vida, verdad? —cuestionó Irina fijando la mirada en su esposo. —Luca, el hombre que me ayudó a que todo esto fuera posible ha quedado en traer a Andrei fr
Dmitriy llegó al patio trasero, Mijaíl se encontraba sentado sobre un pequeño trozo de madera, sosteniendo un cuchillo en la mano, ante la presencia de su jefe rápidamente se levantó. —Señor, todo se encuentra preparado —Dmitriy asintió levemente y camino directo aquella caja de madera.Como si se tratara de un animal con tan solo unos pocos pequeños agujeros ingresaba oxígeno hacia el interior.—Abran la caja —ordenó Dmitriy, de inmediato sus hombres con herramientas destaparon aquella sorpresa.En el interior se encontraba Andrei, atado a una silla como si se tratara de un animal salvaje, Dmitriy se retiró el saco, se recogió las mangas de la camisa y se dispuso a disfrutar del momento.—Retiren la venda de su boca —indicó Dmitriy a sus hombres, y ellos obedecieron.—Dmitriy Romanov, es un verdadero gusto estar nuevamente frente a ti —habló Andrei levantando levemente el rostro hasta conectar la mirada con su captor.—No te creas tan afortunado, porque el gusto es mío, no logras im
Dmitriy Andrei caminaron en círculo, sus miradas se cruzaron como rayos de fuego deseando lo peor para el contrincante, por un lado estaba Andrei, un psicópata, un maníaco, un hombre al cual se le debía temer por su manera de actuar de manera sigilosa como un feroz lobo merodeando en medio de las ovejas aferrado a su realidad distorsionada.Del otro costado se encontraba Dmitriy, un hombre aferrado al amor por su familia, un hombre que había puesto los intereses de los demás antes que los suyos, un hombre nuevo que finalmente supo lo que era amar y ser amado, un hombre que estaba dispuesto a destruir el mundo por su hogar y al mismo tiempo ser tan dulce y tan tierno como sus seres queridos se lo pidieran. Andrei sediento de odio se lanzó sobre Dmitriy, los primeros golpes plegaron contra los brazos, Dmitriy de manera ágil lograba cubrirse y al mismo tiempo esquivar, a través de un pequeño espacio que había entre sus antebrazos lograba visualizar los movimientos de su enemigo. Andrei
Irina estiró el brazo en dirección de dónde se encontraba su amado, dando pasos cortos se acercó, en aquel momento la noche se hizo más oscura, mordió sus labios tomando aliento para poder hablar, una fuerte presión en el pecho impedía que lo hiciera. —¡Dmitriy, Dmitriy, Dmitriy...!, amor por favor no nos dejes, no me abandones, te amo y te amaré siempre, ¿por qué tenías que enfrentarte a este desgraciado, por qué lo hiciste —con un tono de voz descargado se dirigió al único hombre que había amado en toda su vida.—Irina, amor, ¿qué estás haciendo aquí?, regresa a la habitación, no te encuentras segura en este lugar —respondió Dmitriy con la voz agitada luego de aquel duelo.—Si tu mueres estaría rompiendo tus promesas, ¡te odio! —le gritó levantando las manos llevándolas directo hasta su cabeza lamentando lo sucedido—. Te odio Dmitriy Romanov, te odio con todas mis fuerzas porque eres un egoísta, colocaste primero tu ego que tu responsabilidad como padre y esposo. —Te exijo que cum
Días más tarde. Dmitriy se encontraba recostado sobre la puerta de la habitación de los niños, disfrutaba verlos jugar, su vida había cambiado de manera drástica, no había nada más que le apasionara que compartir con sus seres queridos. Luego de haber acabado con Andrei, la tranquilidad se podía respirar desde lejos, Irina se acercó, lo tomó de la cintura y besó su mejilla.—Hola cariño, sabía que te iba a encontrar en este lugar —Dmitriy sonrío y luego giró su cuerpo. —Ellos emanan paz y tranquilidad, solo nos tienen a nosotros, y si algo nos llegara a suceder quedarían solos, no puedo soportar el simple hecho de pensar que tendrían que sufrir en nuestra ausencia.—Entonces procura cuidarte y estar siempre para ellos —interrumpió Irina—. No me gusta escucharte hablar de esa manera, siempre estarás con nosotros, hemos tenido que luchar siendo perseverantes para que las cosas se dieran y ahora que lo tenemos... No puedes rendirte. »Piensa en ellos, piensa en tus hijos que vienen en