Luego de pasar unos cuantos minutos, una mujer mayor y de muy mal carácter ingresó a la habitación donde se encontraba Irina, le brindó una horrible mirada y luego se ubicó frente a ella.
—Es el colmo que aún no se haya bañado, definitivamente la juventud en estos días son unos holgazanes —gruñó manteniendo aquella mirada despectiva.
—Mire señora, la verdad es que estoy pasando por el peor momento de mi vida, le aseguro que lo que menos quiero es entrar en una polémica y menos con alguien como usted —respondió Irina manteniendo la mirada lejos de aquella mujer.
—Todos aquí tenemos problemas, si nos sentamos a lamentarnos nunca podremos salir del estanque que nos quiere destruir, adicional me importa muy poco lo que le esté sucediendo, mis órdenes son estrictas y sin importar lo que suceda las haré cumplir —aquella mujer se cruzó de brazos mostrando su arrogancia.
—Entiendo; por lo visto no habrá forma en que pueda deshacerme de usted si no lavo mi cuerpo, ¿verdad?
—Así es, así que