Terminó por caer sentada, con el celular en sus manos y la flor se arruinó por la caída. Se le había olvidado por completo que estaba en una manada llena de lobos sedientos.
—Escucha, voy a irme —ella retrocedió—. Caminé por mucho tiempo y terminé aquí —intentó hacerle entender—. Soy la humana de Zair… no sé cómo lo llaman, pero soy su favorita…
El lobo no se movía de su lugar, todo lo contrario dio pasos hasta dónde estaba y por inercia cerró los ojos esperando que la mordiera, pero lo único que recibió fue una lamida en su rostro.
—¿Asustada? —escuchó y luego una mano se pasó en su cuello—. Al menos asustada dices que eres mi favorita entre todas.
—Serás un hijo de perra —Anya abrió los ojos al escuchar la voz de Zair—. ¡Cas