BLAIR
El evento de la fiesta de compromiso se acercaba. Partiríamos a San Diego al mediodía siguiente, pero hoy teníamos algo importante.
Algo que me tenía por completo nerviosa.
Los padres de Dom sugirieron cenar con mi abuelo para conocer a mi familia, y el abuelo ni corto ni perezoso aceptó. Ulrik dijo que estaba bien si no comía nada raro ni se agitaba… y aquí estábamos.
Dom, Ray y yo llegamos al The Waterfront pasadas las siete y fuimos guiados al segundo piso, donde nos esperaba una mesa para ocho, y los padres del pelirrojo ya estaban ahí.
Ray se acercó a ellos y empezaron a hablar con calma, y nos sentamos a esperar al abuelo, Celia y Kristen, que venían en camino.
El celular de Dom sonó de pronto, y frunció un poco el ceño al ver el identificador de llamadas.
—Tengo que contestar esto. Ahora vuelvo.
Se levantó y salió al pequeño descanso de la segunda planta. El padre de Dom empezó a hablar en alemán con Ray y a enseñarle nuevas palabras, y Selma me miró con una sonrisa.
—Ere