BLAIRRecibí un mensaje de Grace, y me distraje hablando con ella por teléfono. Cuando me di cuenta de la hora, ya pasaban de las once y media, y mi amiga se despidió porque necesitaba dormir para ir a trabajar muy temprano, cosas de un nuevo proyecto.Tiré la vista hacia la puerta del estudio. Dominik llevaba más de tres horas encerrado ahí y debía estar cansado. Entonces decidí hacerle un bocadillo.Me levanté y fui a la cocina. De las veces que había venido me di cuenta de que Dom tenía una dieta muy estricta respecto a lo que podía comer y lo que no, así que lo único que encontré como snack fueron unos frutos secos. Saqué un tazón pequeño e hice un mix, en tanto hervía agua para prepararle un té relajante.Una vez listo todo, saqué una pequeña bandeja, lo puse todo y toqué la puerta del estudio.—Adelante —oí su voz cansada y abrí.Él estaba entre papeles y folios.—Te traje un bocadillo de medianoche, debes estar cansado.—Un poco —contestó ronco y dejé la bandeja a un lado de su
BLAIR—¡Déjame ver el anillo una vez más! —La voz de Grace relucía sobre la música del lugar en el que estábamos.Estiré la mano con una sonrisa y luego negué con la cabeza.—¿Cuántas veces más querrás verlo?—¡Amiga, es que es hermoso! Y no es tanto por el anillo, ¡es que estás comprometida con el tipo del club! ¡Es increíble! —Grace empezó a vociferar y a hacer gestos de emoción que me sacaron una risita.—No lo digas, así, suena feo.De pronto, los ojos de mi mejor amiga, pequeños como siempre gracias a su mezcla de ADN vietnamita, coreano y chino, se cerraron todavía más por su juguetona sonrisa y me dio un manotazo. Tomamos nuestras copas y bebimos un trago.—¡Hermana, pero es que es un sueño hecho realidad! Descubres al malparido de Benjamin engañándote con una idiota, y enseguida te encuentras con un papito mi rey que te reorganizo todo por dentro con una buena cogida mientras yo dormía la borrachera, y ahora estás comprometida con él, ¡y es de verdad!La emoción bullía en ella
BLAIRLlegamos al hospital y entré en emergencias. Tenía pedacitos de vidrio en el brazo, pero por suerte no tocó ningún vaso importante o vena.En medio de lágrimas, tuve que soportar que me pusieran puntos en el brazo, y para cuando terminó todo y pude irme a casa ya era medianoche. Me pusieron medicina para el dolor y estaba un poco drogada por eso, adormecida, pero estaría bien. Solo, de nuevo, tenía que tomarme un par de días libres..¿Por qué parecía que últimamente solo me pasaban cosas así?No, debía mantenerme positiva.Cuando Dominik vino con la autorización del doctor para irme, Grace ya se había ido a su casa en taxi, y me condujo al auto. Ahí vi mi celular y suspiré.—El abuelo pregunta cómo estoy y pide que vaya a casa.—¿No es un poco tarde para eso? No sé si lo consideres, Isi, pero no siento que ese lugar sea bueno para ti de ahora en más. Esa chiquilla básicamente, bajo la influencia de sustancias o no, buscó hacerte un daño mortal. No es cualquier cosa.Tenía el bra
DOMINIK—La verdad es que pienso que el abuelo está perdiendo a mucha gente querida últimamente.En el auto, las palabras de Blair resonaron preocupadas.—¿Lo dices por lo del señor Green? Lo de él fue… horrible —murmuré y fruncí un poco el ceño.—Sí… al pobre señor lo cortaron todo… la policía está escandalizada, y el abuelo, él se hace el fuerte, pero me preocupa mucho. Va a empeorar de su corazón.—Tranquila… Conrad es un hombre fuerte, aunque es cierto que todo lo que pasó con el señor Green es demasiado escabroso —murmuré y le di una mirada—. Por ahora solo podemos ayudarlo de esta forma y haciéndole compañía. Necesita tiempo.Ella asintió y resopló.Ethan Green era uno de los amigos de Conrad Rymer. Unos días atrás fue encontrado muerto en su estudio, y fue un asesinato. Alguien se metió a su casa, y según la policía no había una aparente causa de muerte, no había disparos, ningún corte antemortem ni nada parecido, tampoco rastros de veneno; sin embargo, como sus miembros fueron
BLAIRLa verdad es que me divertía mucho hablando con Blake y Ryan, más de lo que pensé incluso al conocerlos en Hiraeth. Ambos eran… como un dúo perfecto. Solo hablar con ellos te dabas cuenta de que se complementaban a la perfección, y sabían mucho de los temas del congreso, el cronograma y esas cosas.—Disculpen un momento, tengo que ir al baño.Dom estaba charlando ahora con el abuelo y con el señor Wilson, así que me fui tranquila a vaciar mi vejiga, me lavé las manos y verifiqué que todo estuviera bien, y salí. Por desgracia, apenas dar unos pasos en el pasillo me encontré a una plasta de mierda en forma de hombre con los brazos cruzados. Él me miró de arriba abajo con esa arrogancia de cartón que se gastaba y espetó desdeñoso:—Ahora te codeas en las altas esferas, ¿eh? Puedes decir lo que quieras, pero todo el mundo sabe que me dejaste por conveniencia, solo te vendes al mejor postor.—¿Ya vas a dar lata con esto otra vez? —respondí revirándole los ojos—. De verdad, Benjamin,
BLAIREn los siguientes días, con el abuelo un poco desanimado, me tomé la tarea de cuidar de Ray más en serio: con Dom íbamos a buscarlo de la escuela y salíamos por ahí, y al llegar a casa hacíamos las tareas juntos. Intentaba hablar y jugar con él siempre que el trabajo me lo permitía y, de cierta manera, el ambiente se aligeraba entre nosotros, hasta que Kristen, la castigada umpalumpa, se paseaba con desdén. Tres meses sin mesada y un mes encerrada en casa, teniendo que ayudar a cuidar el jardín, limpiar su cuarto y su baño, no debían ser nada fáciles.A su arresto domiciliario aún le quedaban un par de semanas, y mi brazo ya estaba casi perfecto, aunque la cicatriz seguía ahí, por lo que lo que le pasara me tenía sin cuidado.Ese día en particular llevamos a Ray al cine y luego a cenar. Podía ver que Dom y Ray se llevaban muy bien, y no pude evitar preguntarme si en el futuro los tres podríamos ser una familia. Y sí, asumía que me quedaría con él porque, después de todo, el abue
BLAIRPoco después de que el abuelo se fuera con Celia, Kristen hizo lo propio. Esperó a que Ray se durmiera y que Dom y yo fuésemos a mi cuarto, y se fue como la rata escurridiza que era.El abuelo le había dado el fin de semana libre a los del servicio tras consultarlo conmigo y, salvo el personal de seguridad que custodiaba los límites del terreno de la mansión, solo éramos Ray, Dom y yo.Se sentía bien.Y como estábamos solos, Dom y yo subimos al ático de la casa, que se limpiaba de vez en cuando. Al entrar encontramos cierta acumulación de polvo, pero nada grave.El ático de esta casa se alzaba más o menos con dos metros y medio de alto en su pico más alto, y la gente como Dom y yo debía agacharse en las laterales; sin embargo, todo se veía bien.Había algunos libreros y cajas, pero guie al pelirrojo hacia el fondo, a un armario alejado.—Aquí es donde se guardan las cosas de mi madre. No he venido casi nunca con el pasar de los años. El abuelo apenas me enseñó algunas de sus joy
BLAIRSolo fui al club a distraerme con mi mejor amiga, pero todo acabó en desastre.Ahí estaba, Benjamin Blackburn, empiernado con aquella muchachita rubia que semanas atrás presentó como su nueva subordinada. Los dos se comían las bocas y se metían mano sin importarles que estuvieran en un lugar público, y se lanzaban miraditas cada que se separaban dos centímetros.Eso por sí mismo no sería malo. Indecente, sí, pero no malo; sin embargo, había un problema: Benjamin era mi prometido.—Blair, ¿ese que está ahí no es Ben…?—Sí, es él —espeté con rabia contenida y apreté el vaso que tenía en la mano—. Ese maldito…—Bueno, ¿qué tal si nos que…?Pero, antes de que Grace pudiera decir nada, salí como alma que lleva el diablo, directo hacia el par y, al llegar junto a ellos, agarré a la mujer del pelo y la tiré a un lado con todas mis fuerzas.—¡¿Así que esta es tu «importante reunión» por la que tenías que hacer horas extras, Ben?!El hombre, un rubio delgado, abrió los ojos de par en par