BLAIR
La rara combinación entre un restaurante familiar y la elegancia era extraña, pero aquí estábamos. Dominik le pidió su auto prestado a Cameron, y bajamos a la ciudad para cenar con los Engel.
Íbamos los tres solos en el auto, pues Andrew y Hannah estaban llenos con su familia, un poco más adelante, y sentía que me sudaban las manos.
Él había dicho que su padre era un tipo duro… ¿y si yo no le gustaba? Debía fingir que éramos pareja, que todo iba bien entre nosotros. Esta era mi prueba final, lo que determinaría que el abuelo obtuviera los negocios que quería, y tenía miedo.
Apreté los labios y oí un respingo.
—Tranquila. Les vas a caer bien. Solo tienes que ser tú misma, no necesitas fingir.
Ray dijo algo sobre dibujar una letra en su mano para relajarse y resoplé. Los dos hombres en el auto iban muy tranquilos. Yo era la única loca.
Dominik aparcó, y salimos del auto con Ray de la mano, todos con atuendos semiformales.
—Hoy es tu gran debut, Blair. Tranquila, todo saldrá bien.