CONRADUn buen hombre de negocios era consciente de que la vida personal era tan o más importante que la profesional a la hora de conseguir estabilidad o proyectos a futuro. Por eso resultaba crucial equilibrar las cosas, por eso orillé a mi nieta a acercarse a Dominik Engel.Kristen quizá era un caso perdido, era mi hija y la amaba, pero como hombre de negocios reconocía cuando una mujer tenía el potencial de hacer grande a su familia. Y ella no era una de esas.Bueno, no era una Rymer a fin de cuentas, solo una chica adoptada por lástima a su madre.Pero Blair estaba distinta estos días, distante, y llevaba así desde que volvió de Hiraeth. Por entonces pregunté si pasaba algo entre ella y Dominik, pero lo negó. Estaba cerrada, recordándome a su madre por su lado hermético. Entonces pensé que lo mejor era hablar con Dominik, razón por la que le pedí a Blair que viniera a cenar con él esa noche.Como esperaba, ella estaba muy metida en sí, y él parecía tranquilo.—Señor Rymer, gracias
BLAIREn medio de un día de trabajo duro, recibí un mensaje de Dom que me sacó una sonrisita: «¿Estás libre en la tarde? Vayamos a cenar a un lugar bonito».Por supuesto que le dije que sí y seguí con lo mío. Cerca de las seis me acerqué al aparcamiento y lo encontré esperándome cerca de la salida con una sonrisa. Toda la empresa sabía que estábamos saliendo, pero manteníamos una sana distancia en el entorno laboral.—Buenas tardes, señorita Blair. ¿Nos vamos?Me tendió la mano y no pude evitar mirarlo con curiosidad.—¿Por qué estás tan animado? —inquirí y la tomé.Ambos caminamos por el aparcamiento, rumbo a su auto, y suspiró.—Solo estoy contento de salir con mi novia, ¿no puedo? Hice una reservación en un lugar bonito con buena comida. —Sonrió y apretó mi mano.Demasiado afable. Era una locura.Me abrió la puerta del auto y entré curiosa. Lo rodeó y, mientras lo veía con una sonrisa, me di cuenta de que Benjamin se acercaba a su propio vehículo, y por supuesto que nos vio. Yo fin
BLAIREn medio del paraíso de la negrura en el que me envolví, sentía que flotaba en medio de la nada, como si estuviera en control de mi ser, tanto que dejé de sentir sus caricias y solo estuve yo.—¿Puedes ir al pasado ahora? —escuché una voz algo lejana y me di cuenta de que era Dominik.—Sí.—Entonces piensa un poco en tu cumpleaños número quince. ¿Qué hiciste ese día?No fue como en las películas. Mi realidad no se trasladó de inmediato ahí, sino que seguí en el mismo espacio negro, pero me encontré accediendo con claridad a mis memorias.—Me bebí dos cervezas en casa de Grace. Se las robamos a su padre… Sabían asqueroso, pero las tomamos igual.—¿Te sentiste mal luego?—Vomité. No volví a beber cerveza desde entonces. Hasta hace poco.El silencio invadió nuestra comunicación, y comencé a sentir de nuevo un ligero masaje.—Y qué pasó en tu cumpleaños número trece?—Fue el primero sin mamá y papá. Me quedé en mi cuarto, no quería hablar con nadie y ni siquiera fui a la escuela. Pe
DOMINIKPara ser franco, de verdad franco, nunca había tenido sexo con nadie de la forma en la que lo acababa de hacer en la vida, y sabía que eso era un problema. ¿Pasión? ¿Lealtad? ¿Cariño? ¿Afecto real? ¿Una mentira? Miles de cosas rondaban mi cabeza, pero por alguna razón todo eso se fue a la mierda apenas verla.Ella dormía profundamente, como una soldado tras terminar una faena agotadora. Y vaya que nos habíamos divertido. Yo mismo estaba muy pegostoso y maloliente, pero no tenía ni las más mínimas ganas de ducharme.El cuarto olía a sexo y una sonrisa boba pintó mis labios.Espera, no. No podía sentirme así, no había venido a este lugar a encapricharme con nadie, mucho menos a tener un romance, pero era solo verla y que todo eso se fuera al carajo. ¿Por qué demonios me pasaba esto a mí?Solté un fuerte suspiro y ladeé la cabeza. En algún momento entre la conveniencia y las ganas de fastidiarla se me metió entre ceja y ceja, y ahora parecía tener el mando de mi racionalidad.¿A
BLAIRDespertar junto a la persona de la que estabas enamorada era… diferente, bastante diferente a cualquier cosa que hubiera experimentado antes.Y sí, solía estar enamorada de Benjamin, de alguna manera sabía que así era, porque estuve dispuesta a aceptar su propuesta a pesar de todos los puntos rojos que él tenía. Para ser franca, ¿por qué acepté casarme con ese idiota? Quizá porque yo pasaba bastante tiempo fuera y podía hacer la vista gorda de sus defectos.Ah… era una tonta.No, corrección: todavía era una tonta.Me removí, abrazada por aquel hombre, y los recuerdos de la noche anterior me llenaron. Poco venía a mi mente de aquellas palabras, de lo que vi en el fondo de mi ser, y mucho más de la pasión con la que ambos nos entregamos. ¿Eso tenía el mismo significado para mí que para él? Quién sabe. Por ahora no quería saberlo, solo deseaba disfrutar el momento.—Buenos días, Isi —murmuró con voz ronca, y detecté un cierto aroma a cigarro.—¿Estuviste fumando? —inquirí con el c
BLAIRFui nombrada gerente un par de días después, y German fue nombrado subgerente, lugar que estaba vacío hasta ahora. Según la directiva yo tenía un conocimiento más amplio del proyecto gracias a todas las tonterías que Benjamin me hizo hacer con la base de datos y los archivos.Ahora tenía una oficina, y se sentía genial. Claro, la limpié a fondo con cloro y desinfectante para deshacerme de la peste que representaba Benjamin.En ese momento me encontraba en la oficina del CEO, de Dominik, ambos discutiendo sobre los prototipos nuevos que serían sometidos a evaluación próximamente, más que nada el tema de cálculos y cosas que requerían bastante concentración cuando, de repente, el interfono sonó, sacándonos de nuestro debate.Dom frunció el ceño, pero apretó el botón.—¿Qué ocurre, Paul? Estoy ocupado.—Señor Engel, la señorita Krüger se encuentra en la recepción y solicita verlo.La expresión del pelirrojo se ensombreció un poco.—¿Qué hace ella aquí? —inquirí con pleno derecho. ¿
BLAIRAl final, Dom y yo optamos por anillos de compromiso de pareja porque era más divertido, y porque los que escogimos estaban hermosos. Cuando lo puso en mi dedo fue tan surrealista… no era la primera vez que tenía un anillo de compromiso al dedo, y esto era algo falso, pero se sintió tan bien.Me sentía como una niña emocional.Un par de días más tarde, le dije al abuelo que llevaría a Dominik a cenar esa noche porque teníamos una noticia que darles. Cuando llegamos del trabajo estaba nerviosa, debo admitirlo. El abuelo y Celia se encontraban en la casa, y Kristen «trabajaba» en alguna parte, en tanto Ray pasaba la noche en una pijamada en casa de uno de sus amigos de la escuela.El abuelo parecía curioso al vernos, y yo me asemejaba mucho a una niña nerviosa y ansiosa.—Oye, cálmate… vas a salir volando —murmuró Dominik a mi oído cuando pasamos a sentarnos a la mesa, pues llegamos justo a tiempo.—Lo siento… estoy ansiosa.El abuelo se sentó a la cabeza de la mesa, Celia a su de
BLAIREl corpiño tejido ceñido y la falda larga me hacía sentir como una Diosa, y el hombre a mi lado no se quedaba atrás.—No veo la hora de quitarte ese vestido, cariño… me muero de ganas.Sus palabras me hicieron sonrojar mientras caminábamos a la entrada del restaurante, y le pegué con mi monedero con todo el disimulo que pude.—¡Eres un estúpido!, ¿solo sabes pensar en sexo?Él soltó una leve carcajada y apretó mi mano.—Claro que no, pero me gusta verte rabiar. Eres hermosa en todos los sentidos, pero tu atractivo reluce cuando te pones modo fiera.—¡Dominik! —siseé y le clavé una uña en la palma.Y pasó justo lo que esperaba, él se echó a reír.Pasamos a la recepción del restaurante Garden Court del hotel Palace, y Dominik anunció nuestra llegada. Uno de los mozos nos condujo a la mesa, donde nos esperaba una pareja particular, un hombre de cabellera canosa y porte duro vestido de traje, y una chica rubia que parecía vestida para matar; su vestido de tirantes rozaba la línea en