BLAIR
—¡Déjame ver el anillo una vez más! —La voz de Grace relucía sobre la música del lugar en el que estábamos.
Estiré la mano con una sonrisa y luego negué con la cabeza.
—¿Cuántas veces más querrás verlo?
—¡Amiga, es que es hermoso! Y no es tanto por el anillo, ¡es que estás comprometida con el tipo del club! ¡Es increíble! —Grace empezó a vociferar y a hacer gestos de emoción que me sacaron una risita.
—No lo digas, así, suena feo.
De pronto, los ojos de mi mejor amiga, pequeños como siempre gracias a su mezcla de ADN vietnamita, coreano y chino, se cerraron todavía más por su juguetona sonrisa y me dio un manotazo. Tomamos nuestras copas y bebimos un trago.
—¡Hermana, pero es que es un sueño hecho realidad! Descubres al malparido de Benjamin engañándote con una idiota, y enseguida te encuentras con un papito mi rey que te reorganizo todo por dentro con una buena cogida mientras yo dormía la borrachera, y ahora estás comprometida con él, ¡y es de verdad!
La emoción bullía en ella