Cap. 218: Una esposa fugitiva. Un abogado prohibido.
Cap. 29: Bienvenida a la jungla.
Horas después, el auditorio del hotel estaba repleto. Cámaras, flashes y micrófonos se agolpaban frente a la mesa principal donde se había dispuesto el logo de Biocare. La rueda de prensa había sido convocada con urgencia tras la conciliación que puso fin al conflicto con Lyberon Group.
Luisana, impecable en un traje de sastre color marfil, el cabello recogido en un moño bajo y unos tacones que resonaban como martillos en el piso pulido, se abrió paso entre los periodistas. A su lado, algunos directivos de Biocare la seguían, pero era evidente quién llevaba el control del escenario.
Se acomodó frente al atril, colocó las manos sobre los documentos y miró al público con una mezcla de firmeza y elegancia.
—Buenos días. Gracias a todos por asistir en tan corto plazo —dijo con voz clara, modulada—. Hoy estamos aquí para aclarar y cerrar de forma definitiva las especulaciones que han circulado en torno a Lyberon Group.
Un murmullo recorrió la sala. Luis