Cap. 217: Una esposa fugitiva. Un abogado prohibido.
Cap. 28: Esto fue por ella.
Renzo respiró hondo, como si se contuviera. Sus ojos, tan claros como el hielo del norte de Europa, se clavaron en Luisana.
—Ese abogado… no te merece.
Luisana alzó una ceja, sin perder la sonrisa. Pero sus palabras fueron filosas como puñales disfrazados de seda.
—Lo mismo podría decir yo de tu futura esposa, pero como no la he tratado, prefiero no opinar.
Renzo apretó los labios, vencido por la corrección diplomática que ambos dominaban con maestría.
—Te agradecería que no te metas en mi vida —añadió Luisana, esta vez con una calma que dolía más que una furia—. Y sobre todo, que no hables mal de Axel.
Dio un paso hacia él, con los brazos cruzados y la barbilla en alto.
—Axel es un hombre justo. Pelea por sus convicciones. No es un cobarde ni permite que nadie lo manipule. Puede que no tenga un título nobiliario, pero tiene principios. Y yo… admiro profundamente eso.
Renzo bajó la mirada solo un segundo. Pero ese segundo fue suficiente para que se notara