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InicioHerederos para el Enfermo CEO
Herederos para el Enfermo CEO

Herederos para el Enfermo CEOES

Chick Lit
Xinova Escritora  Recién actualizado
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87Capítulos
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Resumen
Índice

Sinopsis

ValienteArroganteJefe / CEORomanceDiferencia de edadGemelosmadre soltera

A pesar de las presiones familiares a las que se enfrentaba Alexander Walton al pedirle un heredero, era algo que no le importaba, prefería vivir lejos de su familia para poder hacer lo que quisiera. Sin embargo una terrible noticia hará que reconsidere sus prioridades en la vida, y cambie su perspectiva, necesitando un heredero para tener a quien dejar su cuantiosa fortuna, por lo que buscará los medios para que ese primogénito llegue al mundo. Sin imaginar que ya fueron concebidos en una apasionante noche, con una completa desconocida; con la cual se encontrará años después. Sin recordar al hombre con el procreó a los pequeños, Madison Davis, una humilde joven, hace todo por sacar adelante a sus hijos. Gracias a que nunca suele darse por vencida continúa con sus estudios, además que con la ayuda de una gran amiga, logra ingresar a una importante empresa, sin imaginar a quién pertenece. ¿Qué hará Alexander al saber que aquel hijo que busca tener, ya existe? ¿Existirá alguna posibilidad para que se enamoren Madison y Alexander? ¿Qué sucederá cuando se descubra el secreto que guarda sigilosamente Alexander?

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Último capítulo

  • CAPÍTULO 87. ¿QUÉ QUIERE DECIR?

    — ¿Qué… ocurre doctor? —Madison preguntó sintiendo como sus manos temblaban con fuerza.Alexander se aclaró la garganta.—Háblenos con la verdad, cualquier cosa que sea, la enfrentaremos juntos —aseguró con la respiración agitada.El médico tomó asiento e inhaló profundo.—Estoy enterado de que están preparados, que ya hasta tienes tu testamento listo —expresó—, tú papá me lo dijo.—Hay que estar preparados para todo, no los puedo dejar desprotegidos —refirió sintiendo los agitados latidos de su corazón.El hombre ladeó los labios y sonrió.—Tienes toda la razón, no importa en qué momento de nuestra vida sea, es importante no dejarles pendientes.—Pero díganos por favor, ¿cómo se encuentra mi esposo? —suplicó—, no nos haga más larga la espera. —Liberó un par de lágrimas.—Revisé todos tus estudios con detenimiento, los primeros que te hicimos, con los de la segunda vez que viniste y con estos terceros que te hizo…, la doctora Olivia —indicó—, en mi opinión hay factores que no se tomar

  • CAPÍTULO 86. VENIMOS A CURARTE

    New York, Estados Unidos.Tres días después.Los dedos de Madison acariciaban la espesa melena de Alexande, disfrutando de enredar algunos de sus mechones, entres sus dedos, viendo la forma relajada en la que respiraba de manera tranquila, esperando la llegada del doctor Smith. En ese momento la puerta se abrió.— ¿Se puede? —el pequeño Liam dijo asomando su cabecita, esbozando una amplia sonrisa.Enseguida Noah se asomó también y saludó con su manita a sus papás.—Venimos en secreto —susurró riendo feliz de ver a sus papás, luego de varios días de no hacerlo.La mirada de Alexander se iluminó al ver que ingresaron sus hijos, sus ojos se rozaron de aquella emoción.—Venimos a curarte, papá —Noah se acercó sosteniendo su maletín médico, mientras qué, Liam acercaba una silla, para que pudiera subirse—. Abre la boca grande —ordenó tomando una lamparita—. Tiene… toda la boca morada —indicó dándole la lámpara a su hermano.—Debe ser por los bichitos —Liam respondió y luego colocó su esteto

  • CAPÍTULO 85. SUSPENDIDA

    —Ya sabemos de quien heredó esa forma de mirar a la gente, su hijo —Madison se interpuso entre ambos y abrazó a su suegro agradecida.—Hace un mes que me escribiste para pedirme ayuda, te dije que no te iba a fallar —dijo con orgullo.—Este hombre es un cavernícola —Rosa expresó con enfado—, no sé quien lo educó, yo creo que nunca en su vida lo hicieron —rodó los ojos.—La dama tiene razón, bastaba con que me hicieran una llamada para que viniera —resopló.— No teníamos ni su número —Madison reclamó.—Se lo dejé a la doctora Garth.—Consideré que solo era necesario proporcionarlo en caso de una emergencia —explicó aclarándose la voz.Madison rodó los ojos.— ¿El caso de mi esposo no es una emergencia? —inquirió con severidad.—Está controlado —contestó y caminó hacia la salida.Esperaron a que Olivia se saliera de la habitación.—Mi esposo volvió a estar hospitalizado, ¿eso no es para que usted se reportara? ¿O su colega le llamara? —volvió a reclamar.El doctor Seville se acercó a Al

  • CAPÍTULO 84. SOY CAPAZ DE TODO

    Un mes después.—Madis… —Alexander pronunció con dificultad.—Aquí estoy —corrió hacia él y lo sujetó de su mano.—Me siento muy mal —refirió con dificultad.La mirada de la chica se cristalizó.—Voy a buscar a Olivia —indicó.Alexander negó con su cabeza y la miró a los ojos reflejándose en el color chocolate de sus grandes orbes.—No quiero separarme de ti —indicó.—No me gusta verte sufrir —expresó con dolor.— ¿Qué puedo hacer para hacerte sentir mejor? —Abrázame —suplicó—, abrazame muy fuerte —solicitó.Madison se acomodó a su lado y lo estrechó con fuerza, un par de lágrimas corrieron por sus mejillas. Giró su rostro hacia para ver hacia su pecho, al darse cuenta que dejó de abrazarla.Resopló al ver que su pecho subía y bajaba, en señal de que respiraba.—No estoy preparada para verte partir —mencionó depositando un beso en sus labios.— ¿Cómo sigue? —Olivia se aclaró al ver la forma en la que lo besaba.—No lo veo nada bien, ¿qué has sabido del doctor Seville? —cuestionó llen

  • CAPÍTULO 83. ¿QUÉ TE PREOCUPA?

    New York, Estados Unidos.Isabella se acercó a la cocina sosteniendo una charola con platos sucios y los colocó sobre la encimera, a un lado donde Alison, secaba los platos y los acomodaba.— ¿Faltan muchos? —cuestionó Ali.—No, por fortuna son los últimos, ¿quieres que te remplace? —preguntó.—No, yo lo termino —respondió con amabilidad—, mejor ayúdale a nuestra compañera.De inmediato Isabella se colocó en el lugar de quien lavaba los platos, y se puso un par de guantes para limpiarlos.—No me imagino a una sola persona haciendo esta labor —dijo Isabella.—Yo tampoco —Alison resopló. —Te puedo hacer una pregunta.—Sí, claro —contestó Alison.— ¿Cómo llegaste al comedor comunitario? —indagó con curiosidad—, desde que te vi en este lugar, me dio la impresión que te veías como una persona distinta a todos los que estamos aquí. —Se quedó pensativa—, es decir aunque usas ropa sencilla, y no llevas joyas, por tu forma de actuar, de caminar, de comer, te me figuras…, una mujer con clase,

  • CAPÍTULO 82. ¿PODREMOS CONFIAR?

    Un ligero tic nervioso abordó a Victoria, la asistente personal, continuos espasmos se manifestaron sobre uno de sus párpados, sus manos temblaron y su respiración se agitó al ver tan molesto a atractivo abogado, como nunca lo había hecho.—No sé de qué está hablando. —Pasó saliva con dificultad.—Tampoco nosotros —Alexander intervino.—Por la madrugada, después de retirarme de aquí, solicité a vigilancia que revisarán las grabaciones de este piso—. Vengo de verlas. —La fulminó con la mirada.—Seguimos sin comprender —dijo Madison observando la fuerte tensión que existía entre Luke, y la asistente.—Ayer por la tarde, vino Hanna a visitarme —anunció Luke—, tuve una reunión que se demoró más de la cuenta, por lo que se vino a esperarme a tu oficina —explicó—, quien la atendió fue la señorita Victoria, quien nunca me avisó, y por si fuera poco, cuando todo el mundo se retiró, le puso llave a la puerta.Madison y Alexander miraron completamente sorprendidos a la asistente.— ¿Cómo te atr

  • CAPÍTULO 81. LA CARTA

    Al llegar a la oficina de Alexander, Luke sacó el juego de llaves que el personal de seguridad de ahí le entregó, se le hizo extraño que estuviera cerrada, pero no comentó nada, supuso que ellos las habían cerrado.— ¡Hanna! — Luke ingresó a grandes pasos y se acercó a ella, al verla dormida sobre uno de los sillones. — ¿Estás bien? —indagó revisandola con su mirada.La joven abrió los ojos con pesadez y batió varias veces sus espesas pestañas y sonrió al verlo frente a ella.— ¿Estás bien? —volvió a preguntar.—Sí, estoy perfectamente —mencionó.— ¿Cómo es que estás aquí y encima de todo te quedas encerrada? —inquirió con extrañeza.—Supongo que me quedé dormida y no me di cuenta cuando se fueron todos —explicó bostezando.Luke presionó sus labios y se quedó pensativo.—Será mejor que nos vayamos. —Se retiró su abrigo y se lo colocó sobre su espalda, además de abrazarla, al verla muy somnolienta.En cuanto la chica subió a su camioneta, reclinó el asiento y volvió a quedarse dormida

  • CAPÍTULO 80. NO QUIERO PERDERTE

    Hanna despertó al sentir un fuerte dolor sobre su cuello, enderezó su cabeza y se dio cuenta que se había quedado dormida, sentada en la lujosa silla de cuero de su hermano recargando sus manos y cabeza sobre el escritorio.Se enderezó y en acto dio un pequeño masaje en su cuello, para luego dirigirse hacia el apagador caminando con precaución y encender las luces.— ¿Qué hora será? —cuestionó y se dirigió a buscar su móvil, frunció el ceño con molestia al ver que se le había acabado la pila.Tomó su bolso y el regalo que llevaba para Luke, buscando retirarse de la empresa. Al intentar abrir la manija de la puerta, salió una mala palabra de sus labios, ya que se dio cuenta que tenía llave.—Lo que me faltaba, ahora también estoy encerrada —gruñó, enseguida se dirigió a la cabina de baño, entonces observó su alborotada cabellera, además de el maquillaje corrido, no tuvo más remedio que desmaquillarse con un par de toallitas que llevaba en su bolso. — ¿Será que me voy a quedar a pasar

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CAPÍTULO 1. ALAS ROTAS
Herederos para el Enfermo CEO/Xinova Escritora
Nueva York, Estados Unidos.La joven que hacía la limpieza en una de las torres residenciales más altas de Manhattan, se inclinó para tomar el cable de la aspiradora y revisar porque dejó de funcionar. Justo en ese instante la punta de unos deslumbrantes stilettos rojos, lo pisó. Retiró los audífonos con los que escuchaba música y elevó su mirada con lentitud, distinguiendo una gran elegancia en las prendas que portaba aquella desconocida mujer, hasta que sus ojos color marrón admiraron su larga, lacia y dorada cabellera. En ese momento se irguió quedando frente a ella.La rubia mujer de piel de porcelana, se retiró sus finas y costosas gafas de sol, para poder verla con todo el desprecio que su azulada mirada podía.—Madison, ¿verdad? —aquella bermeja fémina cuestionó con mucha dureza.Una electrizante sensación de escalofrío recorrió a la humilde muchacha.—Sí, soy yo —respondió con voz temblorosa. — ¿Quién es usted?, ¿Qué está haciendo aquí?, ¿Cómo entró? Aquella atractiva mujer
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CAPÍTULO 2. DESPECHADOS
Herederos para el Enfermo CEO/Xinova Escritora
Después de haber llorado durante toda la noche, Madison salió de la cama al escuchar que su móvil timbraba.—Buenos días ¿Quién habla? —preguntó con temor.—Muy buenos días, señorita —la amable voz de un joven se escuchó.— ¿Qué se le ofrece? —cuestionó con extrañeza.—Hablamos de la agencia de viajes, estamos intentando localizar al señor James Moore, pero no hemos podido hacerlo, por eso le llamamos a usted.— ¿Para qué? —cuestionó dubitativa.—Para recordarles que su vuelo sale esta tarde, enviaremos nuestro servicio de transporte a donde nos indique, para trasladarlos al aeropuerto, tal como solicitó el señor Moore. ¿A qué domicilio enviamos el vehículo?Madison estaba a punto de interrumpir a aquel hombre, pero no se atrevió.—Les aseguraremos que se la pasarán increíble, el crucero les ofrece una estancia inolvidable, ya lo podrá comprobar, en nuestro majestuoso hotel flotante —argumentó con orgullo—. Nadie podría querer perderse de un fin de semana para disfrutar del mar. Un vi
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CAPÍTULO 3. SALGAMOS DE AQUÍ
Herederos para el Enfermo CEO/Xinova Escritora
Horas más tarde.Alexander se encontraba en el segundo nivel del bar del crucero, disfrutando de un trago en compañía de su mejor amigo. —Brindemos —gritó Luke para que lo pudiera escuchar, y alzó su copa—, por una noche inolvidable.Alexander ladeó los labios, y con su mirada recorrió el lugar, observando bailar a los asistentes en el centro de la pista.—Hoy es nuestro día de suerte —Luke se acercó a su amigo—. Vamos a bailar. —Señaló con su mirada a dos hermosas mujeres que no dejaban de mirarlos.Alexander sonreía fingiendo que se divertía bailando con la atractiva mujer de lacios cabellos rojizos, pero la realidad era que le encontró cierto aire familiar con los rasgos físicos de Olivia, y se comenzó a sentir incómodo.Dirigió su mirada hacia las luces robóticas y de pronto sus ojos se abrieron de par en par al observar la forma en la que contoneaba sus caderas con sensualidad, la portadora de un deslumbrante vestido con lentejuelas color plateado, que estaba a unos cuantos met
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CAPITULO 4. UNA NOCHE DE COPAS
Herederos para el Enfermo CEO/Xinova Escritora
Con la tenue iluminación que había en el interior del camarote, caminaron hacia el lecho, la recorrió con todo el descaro del mundo, al tiempo que él comenzó a desabotonarse por completo la camisa. Se acercó a ella y la giró por la espalda dirigiendo sus labios a su cuello.—Me gustas mucho —Alexander susurró en su oído, disfrutando percibir cómo su invitada se iba derritiendo ante sus caricias.—También me atraes —expresó ella al sentir sus manos tocando sus pechos. Alexander la tomó en sus musculosos brazos y la llevó hasta su cama. Sus dedos trazaron cálidas caricias por el agitado torso de la chica, hasta que su lengua lamió con vehemencia sus senos. El éxtasis de aquella hoguera encendida, chisporroteó en forma de descargas por toda la piel bronceada de la joven.— ¡No te detengas! —suplicó extasiada.—No lo haré —respondió.De inmediato sus lenguas se encontraron entre frénicos roces, los dedos de la chica fueron desabotonando su camisa, deseando poder palpar la calidez de su p
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CAPÍTULO 5. NOTICIA SORPRESIVA
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Alexander tomó asiento en la sala de espera del hospital en el que tenía cita. Mientras esperaba, sacó su móvil del bolsillo y comenzó a responder los correos que recién habían llegado, le envió un par de mensajes a su asistente y agendó un par de citas, para el día siguiente.—Señor Alexander —la recepcionista lo nombró.Se puso de pie y miró a la mujer.—Venga conmigo, el doctor lo atenderá en un momento —expresó ella y lo dirigió hasta el consultorio del médico—. Tome asiento por favor. —Sonrió con cierta coquetería y se retiró.Minutos después el hombre ingresó y sonrió al verlo.—Hace tiempo que no te veo —refirió y lo saludó con un firme apretón de manos. — ¿Qué te trae por aquí? Alexander inhaló profundo.—No me he sentido bien —refirió—, he tenido mucho trabajo en la empresa, eso me ha provocado estar fatigado, además que me he estado mareando constantemente —explicó—, al principio creí que se debía a un viaje que realicé en un crucero, pero no fue así.—Vamos a revisarte —e
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CAPITULO 6. PANORAMA DESOLADOR
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Días después.—Tiene una llamada —la asistente de Alexander, comunicó dubitativa.— ¡Te pedí que no me pasaras llamadas! —gruñó él.—Es… su papá —refirió la mujer—, le dije que estaba muy ocupado, pero…Alexander inhaló profundo y tomó el auricular.— Buenos días, ¿se te ofrece algo papá?—Hola, hijo. Quiero pedirte que reconsideres tu regreso a Nueva York, me gustaría mucho que coordinaras la dirección.—Sabes que dos Walton no podemos trabajar juntos. —Ladeó los labios—. Cojeamos del mismo pie, a ambos nos encanta dar órdenes, y no recibirlas. —Presionó el botón de su bolígrafo una y otra vez.—Parece que en nada me puedes complacer —bufó—, hace años que vivo esperando que seas el primero en darnos un heredero, y no lo has hecho. Pronto será mi cumpleaños número sesenta y uno, me estoy haciendo viejo… Mi mayor deseo es ver la casa llena de niños, corriendo por el jardín.—Eso solo depende de mí, papá y no de las presiones de ustedes —gruñó fastidiado de tener que escuchar siempre l
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CAPÍTULO 7. ¿QUIÉN ES LA MADRE?
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TRES AÑOS DESPUÉS.Seattle, Washington.—Permítame explicarle —el médico se aclaró la voz, al escuchar a Alexander hablar con molestia.—No es posible que después de tanto tiempo, no puedan encontrar un vientre subrogado para darme un hijo —bramó agitado.—No ha sido sencillo —refirió—, de la lista de mujeres que teníamos, hemos tenido que ir descartando candidatas. No todas aprueban la valoración psicológica, además que tampoco han salido bien en los exámenes médicos, considere que si consumen sustancias prohibidas, tampoco pueden ser candidatas. La mujer que creímos era la indicada, sufrió un aborto espontaneo a las pocas semanas.Se llevó las manos a la cabeza y tiró de su cabello, sintiendo gran decepción.—¿Son todas las mujeres que hay en la lista del hospital? —cuestionó agitado.—No, pero al ser un caso especial, hemos ido con tiento para ofrecerle un hijo en perfectas condiciones de salud. —Se aclaró la garganta—. Tenemos que ser cuidadosos.— ¿Qué es lo que necesitan para as
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CAPÍTULO 8. ERAS TÚ
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— ¿Por qué lo preguntas? —cuestionó.—Siento que tienen un parecido a… —Miró atento el rostro de ambos pequeños—, mí —contestó con sinceridad.Hanna se quedó sin decir nada durante algunos segundos.—Sí me parece que se tienen cierto parecido a ti, pero así son los niños de chiquitos, además en la unión americana casi todos los hombres son. —Miró a su hermano de pies a cabeza —como tú, de piel blanca, rubios, ojos claros y cabellos castaños, así que también se pueden parecer a Harry, el vecino —refirió restándole importancia.— ¿Quién es la madre de los niños? —volvió a cuestionar.—Te voy a responder para que te quedes tranquilo. La madre de estos pequeños no entra en el top de tu lista de despampanantes mujeres. No es adinerada, tampoco estudió en las mejores escuelas del país, ni va a almorzar a restaurantes lujosos. Ni tampoco se pasa el día entero en el salón de belleza, o se la vive desgastando su hueco cerebro, pensando en que se va poner para impresionarte.Alexander se sorpre
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CAPÍTULO 9. TODO TIENE UN PRECIO
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Alexander ingresó a su nueva oficina que se encontraba en los más alto de una de los rascacielos de la gran manzana. Apreció por unos segundos la panorámica de todas las torres por las que estaban rodeados.Tomó asiento y marcó al departamento de recursos humanos.—Buenos días, señor ¿Dígame en que le puedo servir? —respondió Laura la directora del área.—Necesito que me envies el expediente de la arquitecta Madison Davis.—En unos minutos se lo envío a su correo.En ese instante sin decir más cortó la llamada, se sentía inquieto después de que por fin había logrado recordarla. Al recibir una notificación en su móvil, de inmediato fue a leer la información que tenían de ella:—Vaya no tiene padres —expresó sorprendido al leer que desde los seis años de edad, había pasado por varios hogares sustitutos, hasta que fue remitida a una casa de asistencia—, no me imaginé que tuviera una vida tan compleja—, y continuó leyendo por los trabajos que había pasado—, Wow, está estudiando un master
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CAPÍTULO 10. INTIMIDADA
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Madison se puso de pie y sus ojos se abrieron de par en par al escucharlo.—¿Quiere que le rente mi vientre, para tener un hijo? —preguntó impresionada.—Así es —dijo Alexander—. Te ofrezco un millón de dólares, con tal que me ayudes a tener un hijo.Sus labios se abrieron de par en par al escucharlo.—¿Por qué conmigo? —cuestionó.—Todos tus estudios médicos que has reportado a la empresa, han sido normales. Eres una buena candidata. —Se aclaró la garganta.—Traer un niño a este mundo no es cosa sencilla como parece. —Desvió su mirada de la de él—, un hijo requiere más que dinero, para ser feliz, requiere cuidados, amor, tiempo, atención y mucho más ¿Está dispuesto a darle todo eso? —preguntó.La mandíbula se le tensó al escucharla.—Yo me haré cargo de que nada le falte —expresó.—¿Su pareja qué piensa? ¿Ella no puede tener hijos? —cuestionó—. Oh acaso… ¿Es gay? —soltó sin pensarlo.Al beber un sorbo de agua, Alexander se atragantó al escucharla hacer tantas preguntas.—No tengo par
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