Capítulo 55- Miedo profundo

Axel salió del edificio con Carolina en brazos, su respiración acelerada y su corazón desbocado. No podía perderla. No ahora.

—¡Llamen una ambulancia! —gritó a los guardias que esperaban afuera.

Uno de ellos sacó su radio y pidió asistencia médica de inmediato. Mientras tanto, Axel la subió a su coche y presionó un pañuelo contra la herida en su costado, tratando de detener la hemorragia.

—No me hagas esto, Carolina… —murmuró, con los dientes apretados.

Ella apenas abrió los ojos, pero no pudo responder.

Axel aceleró, rompiendo semáforos y esquivando autos, mientras marcaba en su teléfono.

—Tyron—dijo en cuanto su asistente respondió—. Quiero a ese bastardo tras las rejas.

—Se encargará la policía, señor.

—¡No es suficiente! —bramó Axel—. Quiero que lo hundan. Que no vuelva a ver la luz del sol.

—Ya tenemos pruebas de su intento de asesinato, secuestro y agresión. Su condena será larga.

Axel inspiró hondo, tratando de calmar su rabia.

—Quiero que encuentres a la persona que lo envió.
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