- POV : Tercera Persona
Tatiana contemplaba su reflejo en el espejo del camerino con una mezcla de satisfacción y expectación. Las luces alrededor del espejo iluminaban su rostro impecable, resaltando sus pómulos altos y sus labios perfectamente delineados de un rojo carmesí. Mientras la maquilladora deslizaba la brocha con precisión, Tatiana revisaba su teléfono con una mueca de disgusto.
—¿Puedes apurarte un poco? —dijo con voz cortante—. No tengo todo el día.
La maquilladora, una joven de mirada tímida, asintió nerviosa y aceleró el paso, difuminando las sombras en sus párpados. Tatiana odiaba esperar. Desde que había comenzado su relación con Mauricio, su vida se había convertido en un constante juego de control. Y a ella le encantaba tener el control.
Estiró el cuello para observar el vestido que colgaba en una percha al otro lado del camerino: seda negra, ajustado, diseñado para resaltar cada curva de su cuerpo. Aquella sesión de fotos para una exclusiva revista de socied