Cap. 95: El amor no tiene edad.
Cap. 12: Los muros empiezan a ceder.
Después de la cena, Emily empezó a bostezar, sus pequeños ojos luchaban por mantenerse abiertos mientras se acurrucaba en la silla. Alexander, atento, dejó su taza de café sobre la mesa y se levantó.
—Ven, pequeña. Es hora de dormir —mencionó con suavidad, extendiendo la mano hacia ella.
Emily se frotó los ojos y se levantó con esfuerzo. Caminó hacia Verónica, abrazándola con fuerza.
—¿Vas a venir a visitarme? —preguntó, con la voz arrastrada por el cansancio, pero llena de esperanza.
Verónica sonrió y le devolvió el abrazo, acariciándole el cabello.
—Estoy preparando un evento para personas de escasos recursos. Bueno, Stella lo organiza, pero esa loca anda fuera de la ciudad y yo estoy ayudando. ¿Te gustaría colaborar recogiendo víveres, ropa y juguetes?
Emily, que apenas podía mantener los ojos abiertos, de pronto se iluminó con emoción.
—¡Sí! Tengo ropa que ya no me queda… y juguetes que están en buen estado pero que ya no uso. —Su voz se apagó