Cap. 9: ¿Qué lo ayude a bañarse?
Stella salió de la habitación tambaleándose, como si acabara de vivir algo completamente irreal. Se recargó en la pared, llevándose una mano al pecho. Su respiración era rápida, y su corazón latía desbocado. El beso de Mike la había dejado desconcertada; aún podía sentir el calor de sus labios y la presión de sus manos, y las emociones se agitaban dentro de ella sin control.
Nunca había imaginado que un beso pudiera hacerla sentir así. Le costaba entender cómo alguien como él podía besarla de esa manera. Su mente intentaba procesarlo, pero solo sentía un profundo revoloteo en su interior, como si algo hubiera cambiado. Sabía que ese beso la había marcado profundamente.
Verónica se acercó a Stella, notando de inmediato sus mejillas sonrojadas y su respiración agitada.
—Ya está todo listo para esta noche —avisó, observándola con atención—. ¿Qué te ocurre?
Stella la miró con los ojos brillantes, intentando contener la emoción, pero no pudo evitarlo; las palabras salieron casi a gritos.
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