Cap. 74.1: Me gustas para esposa de mi primo.
María Paz tomó a Stella del brazo, guiándola hacia la terraza mientras Joaquín y Mike los seguían.
—Espero que te guste el café, Stella —propuso María Paz, señalando una mesa cuidadosamente preparada con una variedad de bebidas y bocadillos tradicionales—. Aquí tenemos el mejor del mundo.
Stella se dejó llevar por la calidez del ambiente, el aroma del café y la hospitalidad de los abuelos de Mike. Mientras se sentaba junto a María Paz, miró el paisaje que se extendía más allá de la terraza: colinas cubiertas de cafetales que parecían no tener fin.
—Es maravilloso… todo esto —murmuró, sintiendo que, de alguna manera, este lugar comenzaba a sentirse como un hogar.
Mike se sentó a su lado, colocando una mano en su hombro mientras la miraba con ternura.
—Sabía que te gustaría.
Stella se maravillaba con el paisaje que se extendía desde la terraza. Las conversaciones fluían de manera natural entre los abuelos y Mike, pero el momento fue interrumpido por una voz alta y llena de energía.
—¿Qu