Isabella Romano.
Detengo de golpe mi movimiento cuando la pantalla de mi celular muestra el número de mi madre. Me estaba llamando. ¿Será que Giulia se había despertado?
—¿Si, madre?---pregunto cuando atiendo la llamada.
—Isabella—saluda mi madre y yo solo miro mi taza de café—. ¿Cómo estás?
—Bien. ¿Por qué llamas? ¿Es sobre…?
—¡Ni se te ocurra mencionar a tu hermana! Salvatore puede oírte…
—Okey, comprendo—relamo mis labios y miró hacia el interior del piso. Salvatore estaba en su despacho, revisando documentos antes de irse al trabajo, yo por mi parte estaba en el balcón desayunando sola y disfrutando la vista a la ciudad de Chicago—. ¿Sucede algo, madre?
—Quiero que esta noche vengas a cenar, junto a Salvatore.
—¿Una cena?
—Si, una cena. Ha pasado ya más de una semana desde tu boda y no han venido a visitarnos. Si no hacemos una cena familiar, Salvatore podría sospechar.
Estaba muy segura que a Salvatore le daría exactamente igual si iba o no a cenar con mis padres.
—Voy a