10. Sobrevivir
Lisseth Lancaster
El sol ya entraba por la ventana cuando abrí los ojos al día siguiente.
Las palabras de Alejandro no me dejaban en paz .
Se repetían en mi cabeza como un eco que no podía callar. Cada vez que cerraba los ojos, lo veía a él, alejándose, con el rostro lleno de culpa. Y aunque una parte de mí quería odiarlo, otra solo quería entenderlo.
Me levanté de la cama sin pensarlo mucho. Sentía un nudo en el estómago, una inquietud que no me dejaba respirar me bañe y me vestí rápidamente . Caminé por el pasillo en silencio, con la esperanza de encontrarlo y exigirle respuestas.
Estaba por girar hacia el pasillo cuando escuché voces. Dos sirvientas hablaban en voz baja cerca de la escalera.
—Hoy hay reunión familiar con los Montenegro… todos están en el salón principal —murmuró una de ellas.
Me detuve en seco.
Una reunión.
Sentí como una fuerza y una determinación arrolladora se apoderaba de mi .
Mi primer pensamiento fue ir hasta donde Alejandro. Sin pensarlo dos veces, cami