38. Promesas y dudas
POV: Alejandro Montenegro
Al ver a Lisseth ensangrentada, el pánico me inundó por completo. Fue como si el mundo se detuviera… y al mismo tiempo, colapsara sobre mí. Un dolor indescriptible se posó en mi pecho. Insoportable. Desgarrador. Sentí que me arrancaban el alma con las manos.
—¡No! ¡Liss! —grité, cayendo de rodillas a su lado, con las manos temblorosas—. Por favor… por favor no me hagas esto.
La tomé en brazos sin pensarlo. Su cuerpo se sentía liviano… demasiado liviano. Como si ya no estuviera ahí del todo. Salí corriendo de la mansión, sin mirar atrás. Ni siquiera esperé al chófer. Le quité las llaves de golpe y la acomodé como pude en el asiento trasero.
—Resiste, Liss … resiste —murmuraba mientras me subía al auto, con las manos empapadas de su sangre y los ojos nublados por las lágrimas.
Conduje como un loco. Me pasé todos los semáforos, los cruces, los gritos de los conductores. Nada importaba. Solo ella. Solo su vida…. Mi corazón latía tan fuerte que sentía que se me ib