Capítulo 55

El frío de la mañana se colaba insidiosamente por el cuello de mi abrigo, mordiéndome la piel, pero en aquel instante, el gélido abrazo del aire era insignificante. Cael caminaba delante de mí, su figura imponente abriendo un camino invisible, una estela de determinación a través de la niebla densa que aún flotaba baja sobre el bosque, como un sudario etéreo. El aire mismo estaba cargado, pesado, como si el propio viento supiera que algo trascendental, algo inevitable, se acercaba, cerniéndose sobre nosotros con cada paso.

No habíamos hablado mucho desde que salimos de la cabaña, nuestro efímero refugio. Apenas un lacónico “vamos” escapó de sus labios antes de que tomara mi mano, su tacto firme y tranquilizador, y me guiara por el sendero que solo él, con su innato sentido de la orientación de lobo Alfa, conocía. Yo me limité a seguirlo, ciega y completamente confiada. Porque si algo sabía con una certeza inquebrantable, era que Cael no me dejaría caer. No a mí. No a nuestros hijos, l
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP