«Ring, Ring, Ring»
—¿Estás sentado?
—Sin rodeos Esteban, mi día inició mal y no estoy para juegos.
—¿Qué sucedió? ¿Tan temprano y ya de malas? No me preocupes.
—La señora Ferrari… Ya conoces sobre el tema, solo que en esta ocasión se presentó en mi casa con una mujer que parecía abogada o representante legal.
—¿Cómo puede hacer algo así? Insisto en que debes terminar con esa situación.
—Ella es la madre de Sandra ¿Lo recuerdas?
—Sí, y también recuerdo que quiere hacerte daño y quitarte a tu hija. Me parece increíble que sigas con esta situación que incluso ha llevado a Sabrina a tu vida.
—Siento que si voy en contra de esa señora, le estaré faltando a mi esposa, pues ella es su madre.
—¿Entonces prefieres casarte con una descerebrada, ambiciosa y caprichosa mujer para simular una familia, solo por no ponerle fin a una situación?
—Te lo he repetido mil veces, Esteban. Yo no me voy a casar con Sabrina. En este momento todo está normal en casa y en cuanto pueda se lo voy a informar a m