Por Alice
Alberto me miró bastante serio, no sé qué estaría pensando.
Luego me sonrió.
- ¿Y de qué estabas hablando con tu hermanita?
Me preguntó acercándose…
Yo estaba ruborizada… espero que no se haya dado cuenta lo que le iba a decir a mi hermanita o que no haya escuchado a través del teléfono…
-Que no tiene que buscar al chico que le gusta, es precoz…
-Me refiero a otra cosa…
-Que… no puede ver una película que no es para su edad.
Le digo y trato de esconder mis manos, porque estoy temblando.
-Señorita que no le gustan las mentiras, pero en unos minutos armó una sarta de mentiras que parecía una película, ¿Con qué la amenazó su precoz hermanita?
-Yo… no te quiero decir
-Yo quiero que me lo digas.
Me dijo con una sonrisa muy sexi.
-Por favor… Alberto… yo…
Me besó, devorándome la boca, su lengua buscaba la mía, danzaban juntas, no sé qué me pasaba, no podía ni contener un gemido, estaba entregadísima a él.
-Decime….
Lo miré y sus profundos ojos negros, clavados en los míos, parecían