Ni siquiera puedo dar las cosas por imposible con Arnold, así que, niego lentamente al ver todo el desastre que hice por hablar dormida. Por eso, miro a la mujer que se burla de mí por las cosas que hice y menciona cada una de las cosas que no solo hablé anoche, si no, todas las noches que ella recuerda.
‘Tengo que aprender a dormir callada, no puedo delatarme de esta forma.’ Me digo mentalmente.— Jefa, ¿Cómo podrá lidiar con un hombre que si le pide que le baje la luna, lo hará? — pregunta Alondra, para después marchándose y ni siquiera así puedo comer en paz.— Señora Krick, tiene visita. — dice el mayordomo.— ¿Es Arnold?— Sí, señora. — dice él y yo lo observo confundida.‘¿Por qué pide permiso para entrar a su casa cuando en el pasado no lo hizo?’ me pregunto mental