No quiero que Arnold tenga idea de donde me encuentro, pero, tampoco quiero morir aquí, no es justo, no me merezco este tipo de destino cruel, yo no soy parte de este mundo peligroso, así que, ¿Por qué me toca vivir todo esto?
— Me esforcé por reunir dinero y marcharme de ese mundo de perdición, por eso tengo tanto dinero, porque vendí mi cuerpo para así darle una buena vida a mi hijo, entonces, ¿Por qué es tan difícil continuar con mi plan si yo no le hago mal a nadie? — pregunto en medio del llanto.— Cocinera…— Esto no te importa, eso lo entiendo, pero, no es justo. Yo no te he hecho daño, solo he cumplido con mi promesa, sin embargo, tengo la mala suerte de encontrarme con personas que no saben que es ser leal o agradecido y por eso, me enfrento a este tipo de situaciones. — digo enojada y con mucho temor.Damián parece aturdido, peQuiero hacerlo, siento que si no le hago daño no podré seguir adelante, porque él como otras personas intentarán causarme dolor y debo defenderme. Pero, siento que es eso lo que él desea, está provocándome y es para tenderme una trampa.‘¿Qué vas a hacer, Eva? ¿Tolerarás que te traten como basura… como un chivo expiatorio?’ me pregunto mentalmente.Pero, por mucho que tengo muchos motivos para hacerle daño, me abstengo de tocarlo, ni siquiera me muevo de donde me encuentro, porque no puedo implorar que la violencia este fuera de mi vida, si actúo de forma violenta.— ¿Qué te pasa? ¿No eres capaz? — pregunta él en tono burlón y yo lo observo lleno de odio.— Mereces morir, de eso no tengo dudas.— ¿Lo harás tú? — pregunta Luise en tono burlón.— No,
‘Al menos vas a marcharte de este infierno.’ Me digo mentalmente.El alivio me invade, porque al fin voy a tener un traslado tranquilo y será gracias al hombre que no me agrada ni yo a él tampoco.‘Quien menos uno cree es la persona con la que uno cuenta más.’ Me digo mentalmente.La tortura continua para ellos y yo me abrazo con fuerzas pensando en mi hijo y todo lo que puedo hacer cuando nazca para protegerlo de su padre y todo el daño que el mundo está desesperado por causarnos sin que tengamos algo que ver.Los minutos parecen una eternidad, pero, no puedo decirle que si puedo quedarme afuera donde no puede protegerme de su propia gente y torturar a los escoltas que se suponen que están para hacer su vida más fácil y en realidad hicieron lo contrario.— Por favor, líder. Perdóneme, no volveré a hacerlo. — dice Luise.— No sé
No puedo evitar sorprenderme, sin duda, no esperaba este tipo de ayuda de un hombre que solo me causaba miedo, sin embargo, no voy a llenarlo de preguntas cuando su motivo es evidente.Por eso, le sonrío moviendo mi mano mientras me alejo en la lancha rumbo a un nuevo destino. Uno que espero que sea menos hostil conmigo, porque mi bebé y yo necesitamos descansar.Nadie me hace preguntas, solo me llevan a tierra firme donde como dijo Damián, soy tratada con amabilidad mientras me entregan un mapa.— ¿Qué es esto?— Los puntos rojos son donde hay cámaras. — dice uno de ellos.— Oh, entiendo.— Este dinero te servirá para sobrevivir al menos una semana.— Gracias, muchas gracias. — susurro y después de tener todo listo para marcharme, soy subida a un taxi donde después de ver las cámaras, decido a donde ir.Sé que no puedo quedar
Seis semanas despuésHe podido descansar como corresponde, finalmente después de tanto estrés puedo quedarme en una casa donde nada me recuerda a mi esposo o todo lo que me hizo vivir. Bueno, aunque sigue insistiendo en querer verme y por ello, llena las redes sociales con mis fotografías y la palabra se busca.Eso me causa satisfacción, porque aunque es jefe de la mafia, no ha podido encontrarme. Solo espero que eso se mantenga por más tiempo, en especial ahora que mi vientre ya se ve y mi brillo ha sido recuperado.— Las cosas están saliendo muy bien, justo lo que necesito.— Buen día, pequeña, ¿Cómo dormiste hoy? — pregunta en un audio una de las vecinas que me encontré cuando salí a comprar la comida hace unas semanas.— Me encuentro bien, ahora iré al doctor.— ¿El bebé se encuentra bien?— Voy a h
Celebro internamente porque tendré a mi pequeño para mí, una familia de dos: madre e hijo. Una chica que no tenía familia con quien refugiarse y ahora tiene alguien que es mitad mía, una mitad que me aferraré por hacer más grande para que no tenga problemas en un futuro por la maldad… de su padre.Salgo del consultorio con una nueva fotografía de mi bebé, una que no olvido como la última vez y me marcho hacia el área de fertilidad donde me encuentro a Gabriela llorando.— ¿Te encuentras bien? — pregunto preocupada.— Mi esposo es infértil. Es él quien tiene dificultad para tener hijos. — dice Gabriela llorando y yo la abrazo.— Hay tratamientos, no te desesperes, querida, cuando menos lo esperes, podrás tener muchos bebés. — le aseguro, pero ella solo llora durante varios minutos en los que no sé c&oacut
Reaccioné mucho antes de pensar sabiamente que era lo que tenía que realizar y eso me ha colocado en una sospecha que no puedo justificar. Pero, la verdad es que me ha costado mucho esta libertad y tranquilidad para perderla solamente porque una persona chismosa va a mandarle esa información a mi esposo.— No me importa a quien tenga que llamar, lo que sí necesito que entienda es que yo no soy esa persona que desapareció o murió y usted conocía. También debes tomar en cuenta que no te conozco y aunque seguramente debes tener una historia muy interesante, no puedo permitir que me haga conocer personas extrañas solamente porque cree que soy alguien que desapareció. Así que, deténgase.— Lo siento si la he incomodado.— Mi amiga está teniendo una discusión y yo estoy perdiendo el tiempo con usted, porque al parecer, tengo una clon en alguna parte del mundo
El miedo me recorre completamente, después de todo, esta mujer parece estar muy segura de que yo soy Eva Krick, porque es así como me reconocen todos los escoltas o personas que han trabajado con Arnold.‘Seguramente ya le dijo a Arnold que me encuentro aquí y en cualquier momento van a venir a capturarme.’ me digo mentalmente.Solo pensar en eso hace que me llene de pánico y por ello, me alejé de ella como si estuviera quemando mi piel solamente con su toque.— ¡Aléjese de mí! — grito angustiada mientras mentalmente me recuerdo una y otra vez que no debería causarle daño a mi hijo por algo que no puedo cambiar alterándome.— No se desespere, señora. Mi intención no es causarle daño.— Si es así, ¿Por qué sigue persiguiéndonos? Yo no tengo nada suyo y ya le dije que no soy la mujer que cree que soy,
Siendo sincera conmigo misma, no me agrada en lo absoluto tener que dejar una casa tan bonita y acogedora por una simple sospecha, pero sabiendo todo lo que podría perder por arriesgarme, lo mejor es prevenir que lamentar.‘Adiós, mi tranquila y acogedora casa, me marcho para estar en un lugar mejor y no porque no haya sido feliz viviendo contigo.’ Me digo mentalmente mientras observo como la casa se hace cada vez más pequeña a medida que me alejo de esta.Desde el taxi llamo a la señora que me alquiló la casa para informarle de que ya no voy a estar viviendo ahí, porque ante todo debo dejar en claro que me voy a marchar antes de tiempo para que no vea que abandonaba la casa solamente porque soy una persona sin responsabilidad.— Lamento llamar de un momento a otro, señora Fiorella pero se ha presentado un asunto en casa con mi esposo y por eso debo marcharme. — le digo recordando la