Abigail abrió sus ojos lentamente, todo su cuerpo se sentía pesado, lo primero que observó era que un hombre mayor y elegante estaba frente a ella.
Intentó levantarse, pero el hombre evitó que lo hiciera.
Antes de que ella pudiera decirle algo, Rafael apareció. Con sus mangas remangadas y su rostro completamente tenso.
El hombre se acercó y le revisó sus pupilas y luego de eso salió. Rafael no mencionó nada, salió detrás de aquel hombre.
—Guarde reposo, estoy atento a cualquier cosa —dijo antes de salir.
Rafael cerró la puerta y lo acompañó.
—Con el medicamento que le di, esperemos que el efecto de la droga salga de su cuerpo por completo en 12 horas.
—¿Ella estará bien?
—Sí, no era en una gran concentración. Eso es un alivio. La querían drogada, pero consciente.
—Ese hijo de puta —susurró Rafael—. Le agradezco por venir.
—No se preocupe. Que beba suficiente agua.
—Me encargaré de eso. Le agradezco. —Rafael estrechó la mano con él y luego cerró la puerta.
Antes de volver a l