Max comprobó que algo pasaba entre ellos dos.
Recordó las palabras que escuchó de Rafael y el por qué decidió intervenir.
—Escuché que él te cuestionó quién era el padre de Gabriel. Y sé que hablar de ese hombre te duele, adicional que yo amo a Gabriel como si fuera mi hijo. No creí que eso fuera un problema… si quieres puedo decirle la verdad.
—No. Supongo que es mejor así.
Él se acercó a ella y tomó sus manos, haciendo que lo mirara.
—¿Sucede algo Abigail? Recuerda que si necesitas un hombre para llorar o alguien que te escuche yo estoy aquí.
—No sucede nada, estoy realmente agotada, solo eso.
Él la atrajo hacia ella, y la abrazó con fuerza. Sintiendo ese deseo de querer protegerla y no soltarla por nada del mundo.
—Abi, no tienes porque renunciar, decidí que voy a trabajar en la empresa también, mis proyectos pueden esperar un poco o los puedo trabajar de manera alterna.
—Pero… no es algo que tú quieras hacer.
—Lo único que deseo es luchar por lo que quiero y creo que la