Ver esa escena me apachurró el corazón como si fuera una pasa, me sentí excesivamente desanimada. La herida provocada por una traición me hizo mella por primera vez en la vida, era demasiado dolorosa, aún cuando el se hubiera apartado unos instantes después gritándole a Tamyria. La insultó con crueldad, tal vez molesto consigo mismo por ese gesto que a simple vista parecía algo pequeño pero que en realidad me dolía como si estuviera engullendo el mismísimo infierno. Comencé a cuestionarme si acaso el siempre la habría amado en secreto, si solo había estado conmigo para molestarla, si nunca la había podido olvidar porque como fuera ella era su primera mujer. Sabía que era un pensamiento tonto y sinsentido pero en realidad luego de lo que había visto no me parecía tan descabellado.
Nunca había dudado del amor de Alexander hasta ese momento, se sentía como si una mano helada me oprimiera el corazón... Estaba destruida. «Acababa de tener una hija suya, ¿por qué aceptaba sus besos, ella